El mundo de la moda se vistió de luto por la muerte del diseñador alemán Karl Lagerfeld, quien falleció este martes a los 85 años de edad.
Delante del 31 bis de la calle Cambon de París, donde Chanel abrió su tienda en los años 1920, los admiradores acudieron con rosas blancas para rendirle homenaje. “Era una leyenda, un mastodonte, salvó a Chanel, reinventó la marca”, decía Mathieu Cipriani-Rivière, de 20 años, un estudiante de estilismo.
En realidad, Lagerfeld, conocido como El káiser (emperador) de la moda, estaba al frente de tres marcas: Chanel, Fendi y su firma epónima.
Con su cabello blanco siempre recogido en coleta, sus gafas de sol, sus cuellos almidonados y sus guantes, el diseñador tenía una apariencia notable, al igual que sus frases lapidarias y su erudición.
En sus creaciones Lagerfeld no imprimía un estilo único sino ecléctico. “Fue el primero en replantear todos los códigos de la casa (Chanel) y usarlos” de otra manera, explica la historiadora de la moda Catherine Örmen, para quien el toque de Lagerfeld era más un estado de ánimo que un estilo reconocible y evolucionaba constantemente. “En los años 1980 sus siluetas tenían espaldas demasiado grandes, en los años 1990 fueron muy skinny. Siempre estaba en su época, pegado a su tiempo”, dijo. En 2014, el modisto presentó un vestido de alta costura con bordados de cemento y en 2015, trajes de chaqueta en tres dimensiones.
Un hombre muy bello ocupó un lugar central en el corazón del diseñador: Jacques de Bascher, quien murió en 1989. Lagerfeld era adicto al trabajo. “Nunca he pensado en la jubilación”, dijo en alguna ocasión.
Los libros también ocupaban un lugar predominante en su vida. Poseía entre 250.000 y 350.000 volúmenes. En 1999 fundó su propia editorial y librería: 7L, que editaba obras de arquitectura, fotografía o de autores que le gustaban. También era un millonario aficionado al arte.
“Lo que (Andy) Warhol fue al arte, él lo fue a la moda, es irreemplazable”, dijo Claudia Schiffer, una de las modelos que lanzó al estrellato. Otras personalidades como Donatella Versace, Carla Bruni-Sarkozy, Naomi Campbell, Victoria Beckham y Melania Trump reconocieron el martes el genio de este hombre que inspiró a varias generaciones.
Choupette, su gata heredera
Con sus 50.000 seguidores en Twitter y sus 122.000 en Instagram, Choupette, la gata birmana del diseñador Karl Lagerfeld, es “una chica rica”, dijo él en 2015 durante una entrevista televisiva citada por Huffington Post, sobre su “amiga”.
“Ella tiene su propia fortuna, es una heredera. Si me pasa algo, la persona que se ocupe de ella no estará en la miseria”, acotó.
“Choupette es el centro de mi mundo. Es una especie de Greta Garbo, tiene algo inolvidable, en su manera de moverse. Me inspira por su elegancia y su actitud”, decía el modisto. “Es la gata más famosa y rica del mundo”.
Choupette ganaba en sus contratos publicitarios más de 3 millones de dólares, según varias fuentes.
Lagerfeld, convertido en agente artístico de su gata, rechazó sin embargo que apareciera en publicidades de comida. “¡Es demasiado sofisticada para eso!”, decía.
Lagerfeld atribuyó a Choupette dos damas de compañía y un guardaespaldas. El animal comía en la mesa junto a su amo, en vajilla de plata, según el libro Choupette, la vida encantada de un gato fashion.
En junio de 2015 Brigitte Bardot escribió una carta a la gata para pedirle que “ronroneara en la oreja” de su amo para que “deje de utilizar la piel en sus colecciones”. A propósito, PETA también dio sus condolencias en Twitter: “Lagerfeld se ha ido, y su muerte representa el fin de una era en el que las pieles de animales eran vistas como algo de valor. PETA envía sus condolencias a los seres queridos de nuestro viejo enemigo”.
Con datos de: AFP y Huffington Post