Un profesor preguntó a un grupo de mujeres y varones cómo se protegían contra las agresiones en la calle. La lista de las respuestas que dieron ellas resultó muy larga, por ejemplo:
❍ Evitar calles no muy concurridas.
❍ No entrar en un ascensor si hay un varón (o varios varones) adentro.
❍ Tener siempre un celular consigo.
❍ No tomar mucho alcohol.
❍ Mantener en secreto su número de teléfono.
❍ Agarrar las llaves como posible arma.
❍ Parquear su carro solamente en parqueos iluminados.
❍ No ir a baños públicos.
❍ No salir de noche.
❍ Cambiar la ruta de regreso a la casa.
❍ Salir solamente en grupos.
❍Mirar a los varones en la calle con una mirada de autoconfianza.
❍ Etc. etc.
En cambio, en la lista de los varones casi no hubo nada. El profesor relató que al hacerles esta pregunta, ellos mantuvieron un silencio raro y querían verificar si no se trataba de un chiste.
En general, la respuesta solía ser algo así: “Nada, nunca pienso en esto”. Lo cual nos muestra cuán privilegiados somos los varones. Imagínate cuánto miedo hay en la vida de una mujer de ser agredida físicamente en cualquier circunstancia.
Y lo segundo que tenemos que saber los varones: siempre somos potenciales agresores para las mujeres, pertenecemos sin querer a esta categoría.
La primera conclusión que debemos sacar de esta realidad es ponernos en el lugar de ellas. Para entenderlas mejor debemos hablar con las mujeres sobre sus sentimientos y preguntarles directamente cómo deberíamos comportarnos para que se sientan más seguras. Aquí, algunas reglas en la calle, que ellas nos recomiendan:
✔ Si nos toca caminar detrás de una mujer en una calle no muy transitada, debemos cambiar la acera y adelantarla.
✔ Si no es posible adelantar, párate, hasta que ella se aleje.
✔ No dirijas la palabra a una mujer sola. Lo mejor es que ella se sienta ignorada. Esto, por ejemplo, si te ha tocado estar a solas con una mujer en un ascensor.
Para nosotros estos consejos suenan raros, pero tenemos que reconocerlo: debido a la sociedad machista, si nosotros nos sentimos bien en medio de muchas mujeres, sucede lo contrario cuando ellas están en medio de muchos varones.
Pedro Brunhart
Investigador y miembro de Círculo Achocalla.
Se dedica hace seis años al tema de sociedades
matrifocales y patriarcales (brunhart@entelnet.bo)