El que la bese a la pelada sin que (a ella) le dé la gana o porque le da la gana a él y sin que la otra quiera, o la agarra, o cualquier cosa le hace… ¡Todos quisiéramos hacer eso que hace Percy!, ¡todos quisiéramos hacer! (…) Ese es el camba auténtico… que nos representa a todos”.
Las declaraciones del exembajador de Bolivia en Brasil Jerjes Justiniano la semana pasada, cuando dijo que las metidas de mano y besos sin consentimiento a los que ha sometido el alcalde cruceño Percy Fernández a varias mujeres —tipificado como acoso sexual según la Ley 348—, generaron repudio por ser una visión machista y abrió un debate sobre la identidad camba.
Académicos y personas de a pie de la capital cruceña consultados por Mía aseguraron que la identidad cruceña no tiene que ver con el acoso sexual y que se caracteriza, al contrario, por el respeto a la mujer.
“El machismo, el abuso y el irrespeto a las mujeres no es parte de la identidad cruceña. La identidad cultural cruceña es otra cosa: pone en valor la alegría, la hospitalidad, la solidaridad”, opina la historiadora Paula Peña.
“Eso no significa que no exista machismo, sí existe, como en todas las sociedades. Pero en ningún momento se ha puesto en valor el machismo como un elemento de la identidad cruceña… El machismo es mundial”.
Peña afirma que si la población ha reelegido a Percy seis veces como alcalde no se debe, como opinó Justiniano, a que represente la identidad camba en su acoso sexual hacia la mujer, sino porque logró modernizar la ciudad.
El analista Édgar Méndez asegura que “el cruceño es una persona más espontánea, muy alegre, pero esto no quiere decir que no respete a las mujeres. Todo lo contrario, el respeto a las mujeres en Santa Cruz es lo primero. Eso es lo que nos enseñan en las escuelas y no llegar a estos extremos. Lo que hace Percy Fernández y que mucha gente hoy por hoy lo goza y aprueba está mal”.
Para la abogada Jéssica Echeverría, “lo preocupante de las declaraciones de Jerjes Justiniano y de las acciones de Percy Fernández es que no podemos dejar que en un momento en que estamos luchando contra la violencia sexual hacia las mujeres se quiera naturalizar los abusos y el acoso”.
Echeverría también cuestiona: “Cuando una periodista está a mi lado y yo le froto la pierna, cuando una presidenta del Concejo está hablando y yo le aprieto la nalga, cuando voy a un acto y beso a una trabajadora de YPFB es un acoso, me estoy valiendo de mi poder, de mi jerarquía. Y lo lamentable es que cuando eso sucedió el Ministerio Público nunca hizo nada. La Ley 348 habla incluso que puede ser destituido de su cargo. A Percy se le ha permitido naturalizar sus acosos”.