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Divorcio y guarda compartida

Andrea (38) vive con sus hijos (6 y 8) de lunes a jueves; y su exesposo se los lleva de viernes a domingo. Ésta es una de las diferentes variantes de la “custodia legal compartida”, una modalidad que está vigente en Bolivia hace más de cuatro años, pero que muy pocas personas aún conocen.

La ventaja más importante en su caso, cree Andrea, es que la hace “capaz de ser una mejor mamá”.

Poder disfrutar unos días para sí misma y “realizar otras actividades, salir a tomar un café o simplemente tomarme una ducha más larga, evita que sea la típica mamá cansada, aburrida y sobrecargada… les doy a mis hijos calidad de tiempo cuando estoy con ellos”, afirma, tras haber cumplido cuatro años en esta situación.

La custodia legal compartida es una figura jurídica que se incorporó en el Nuevo Código de las Familias en 2014.

“En la guarda compartida se les permite a los padres ejercer, en igualdad de condiciones, el cuidado y la atención diaria de los hijos menores de edad, en un determinado periodo de tiempo y de forma alterna, de tal manera que se garantice a los hijos la posibilidad de disfrutar ambas figuras parentales”, explica la abogada especialista en Derecho de Familia y Derecho de la Niñez y Adolescencia, Fabiana Olmos.

Antonio (35) también es abogado. “Nos divorciamos con la mamá de mi hijito (3) hace un año, pero antes ya estábamos separados y veníamos practicando la custodia legal compartida”, cuenta.

Espere…

En su caso, ve a su pequeño día por medio. Lo recoge generalmente a las 18.30 y el niño se queda hasta el día siguiente, cuando su mamá pasa por él. “Hasta el momento nos funciona, nuestro hijo crece de manera increíble”. Antonio cree que la corta edad del menor hace que éste se adapte muy bien al ritmo de visitas.

Pero no todos lo consideran así. La psicóloga infantil Anneceline Requena, por ejemplo, cree que este tipo de guarda atenta contra la estabilidad del menor.

“Lo de ir una semana a la casa del papá y una semana a la casa de la mamá hace que haya inestabilidad en los niños y adolescentes. Ellos necesitan estabilidad y saber qué es lo que va a pasar de antemano y sentir que tienen un lugar que es propio”. 

Requena considera que “el divorcio de los padres ya es un golpe fuerte para ellos y el tener que ir de una casa a otra es también bastante difícil y complicado de sobrellevar. Muchos niños y adolescentes llegan a sentir que no tienen un lugar propio. Por lo tanto, a veces es mejor que una casa sea la permanente y que a la otra   puedan ir solo fines de semana o un día a la semana”.

CONDICIÓN. La condición sin la cual no es posible que este tipo de custodia parental sea otorgado por un juez es que sea solicitada de mutuo acuerdo y, adicionalmente, que exista una buena comunicación entre ellos, explica Félix Paz, juez 5° Público de Familia.

“La costumbre en Bolivia es que la guarda se dé generalmente a la madre, excepcionalmente es al padre”. Personalmente, él no se inclina por la guarda compartida, pues considera que ésta obliga a que el menor sea sometido a un trajín constante y que se exponga a una situación de vulnerabilidad.

Sin embargo, cuando en un proceso de divorcio hay un acuerdo entre los progenitores y buena relación entre ambos, no niega este régimen si ellos lo solicitan.

Cuando los hijos son mayores de ocho años, Paz también les consulta a ellos su opinión al respecto.

Para poder solicitar una custodia compartida se debe firmar un acuerdo y presentarlo ante el juez, quien lo homologará en la sentencia de divorcio. “Pero el criterio fundamental es la buena relación y la buena comunicación entre los progenitores, siempre velando por el interés superior del niño, porque si bien cambia el guardador, no debe cambiar el modelo educativo, la línea formativa, los valores y el modelo de crianza”, considera Olmos.

Dado que este régimen es relativamente nuevo en Bolivia, aún es pronto para prever sus efectos. De todos modos, una buena relación entre los padres es una señal inequívoca de que, tras el divorcio, todo irá por buen camino.

Fuentes: Fabiana Olmos (abogada, tel: 70651993);

Anneceline Requena (psicóloga, tel: 77223543);

juez de familia Félix Paz; Andrea y

Antonio (piden reserva de apellidos)