Saavedra Ordóñez
Educadora y exconcejala de Potosí 
Me propusieron ser candidata para 2015-2020 y yo dije: ‘Voy a poder’. Hubo muchos obstáculos y tropiezos en el camino, porque ser concejala, aprobar leyes para los 30.012 habitantes en el municipio San Pedro de Buena Vista no es fácil, para una mujer en especial, pues primero tenía que cumplir todos los roles: como mujer, como hija y como tía y otro, como autoridad… nos ponían sobrenombres y nos decían: ‘Las mujeres van al Concejo a calentar la silla’, ‘no saben nada, son mujeres’, ‘no están preparadas ustedes, qué van a hacer’; pero se han equivocado, sabemos cómo es y si sabemos y no decimos nada es que tenemos miedo, ese es el problema. Romper el miedo creo que es muy importante”.
Catalina Seleme (16)
Comencé siendo arquera por un intercambio muy extraño con uno de mis mejores amigos: era ‘tú juegas media hora barbies y yo juego contigo media hora fútbol’… jugué para FC Barcelona en Estados Unidos y llegué a las Olimpiadas de Buenos Aires 2018 con el equipo boliviano de fútsal y obtuvimos el cuarto lugar… El fútbol para mí ha sido superar muchos retos… primero que nada yo soy baja, como promedio, los hombres miden 1,80 o 1,90 m para llegar el arco; yo mido 1,58, así que el salto, llegar a los palos, el travesaño, hacen que poco a poco vaya superándome a mí misma… Ahora soy parte de la primera selección femenina del club Bolívar de La Paz”.
Gina Reque Terán
Primera General de Brigada de Bolivia
Vengo de una familia militar: mi abuelo fue a la Guerra del Chaco, mi padre y mi hermano eran militares… los escuchaba y era una ilusión para mí seguir sus pasos… nunca se lo dije a mi padre, porque sabía que me iba a decir que no… sé que ayudó mi madre, quien le dijo: “Tú les dijiste que podían ser lo que quieran”… Logré entrar al Colegio Militar, a pesar de que mi padre no estaba de acuerdo, él creía que iba a fracasar y así lo pensó por mucho tiempo, incluso dos años después de mi egreso; sin embargo, con el tiempo fue viendo que mi vocación era ser militar; entonces, con mucho disimulo fue aceptando mi profesión. Espero que se haya sentido orgulloso”.
Paola Velazco
Empecé con la pasión por este rubro a mis nueve años, primera vez que me subí a un avión… desde que entré en el aeropuerto quedé maravillada con este mundo. Para mí, es un mundo aparte del normal y decidí ahí que iba a ser piloto. Era poco creíble en ese entonces. Era como decir algo imposible, como ser astronauta, o algo que no podría lograr… A mis 17 años ya estaba en entrenamiento para volar como ingeniero de vuelo. Firmé contrato una semana después de cumplir 18 años… Mi carrera ha sido excepcionalmente acelerada y soy muy agradecida por esto, y siempre menciono que es un ejemplo de que sí se puede, a pesar de todos los prejuicios, de todas las piedras en el camino, sí es posible”.
Lidia Huayllas
Escaladora. Subió el Aconcagua (6.970 msnm)
Fui cocinera de alta montaña. Empecé a cocinar para los turistas, casi a mis 35 años… iba hasta 5.200 m de altitud, pero un día siempre quería llegar a la cima y conocer cómo era, porque veía retornar a los turistas y a los guías, que bajaban de la cumbre sonrientes y felices. ¡Yo quería saber qué se sentía llegar a la cima! Un día de 2015, junto a mis compañeras, nos animamos a subir… éramos 11 cholitas y fuimos al Huayna Potosí… Después…, al Aconcagua, a 6.970 m de altitud; allí ya éramos 16… Querer es poder, nada nos impide. Mi primera cumbre la hice a mis 50 años. No es nada difícil, no hay quién lo impida, ni los años. Querer es poder y si hemos querido algo, tenemos que hacerlo”.