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¿Noviazgo tóxico? ¡Aléjate!

Llegué al extremo de quedarme a dormir con él para tener la seguridad de que él no iba a salir por la noche”, cuenta Daniela (25), estudiante universitaria que vivió un noviazgo tóxico de tres años con un hombre de 28.

No me importaba lo que los demás pensaran al respecto, ni siquiera mis papás… Él también llegó a golpearme y a insultarme”, dice.

Este caso es muy común en la sociedad boliviana. De hecho, según la investigación de Valores y actitudes ante la violencia en razón de género y consumos culturales, realizada en 2017 por la Coordinadora de la Mujer, Oxfam y el Colectivo Rebeldía, nueve de cada 10 jóvenes de La Paz, El Alto y Santa Cruz soportan insultos, chantajes, humillaciones e incluso golpes de parte de sus parejas durante la etapa de enamoramiento o noviazgo.

Permanecer en una relación con estas características es tóxico. Lo dice el psicólogo Walter Riso en su libro Manual para no morir de amor: “El amor no es enfermizo ni retorcido; el amor es sano, no caben ni la resignación ni el martirio y si tienes que anularte o destruirte para que tu pareja sea feliz, estás con la relación equivocada”.

¿Qué es un noviazgo tóxico? Para la psicóloga Pilar Manríquez, éste se presenta cuando ambos miembros de la pareja son codependientes. “Hablamos de una relación de codependencia cuando se es dependiente emocional: no pueden estar sin el otro. Pueden llevar años así… También puede haber mucha violencia física y sexual, pero ninguno se atreve a dejar al otro… Existen sometimientos, chantajes y hasta amenazas”.

Riso lo advierte en su página de Facebook Walter Riso Official: “Muchas parejas confunden el amor con la codependencia. De esta última se derivan comportamientos tóxicos y cíclicos que pueden terminar destruyendo pilares como la dignidad, la autonomía y la autoestima”.

Para el psicólogo Rodrigo Ayo es importante poner altos en el noviazgo cuando se presentan conductas que dañan, pues no es cierto eso de que ‘el amor no tiene límites’. “Sí hay límites y los más claros son mi dignidad, mi integridad física y la emocional”, dice.

Una pareja sana “es aquella que promueve el crecimiento personal de ambos, que no está basada en la necesidad, sino en la libertad”, afirma. “En una pareja, ambos tienen la libertad de elegirse día a día, pero no por miedo a perder a esa persona; pues no ‘necesitas’ a esa persona para vivir”.

En el caso de Daniela, ella creía que él “era el amor de su vida”. También pensaba que jamás iba a encontrar alguien más con quien compartir emociones y actividades. Al finalizar la relación, ella creía que sin él no era capaz de seguir y solo podía pensar en cómo recuperarlo.

Pero un año después de estar de “luto” —Manríquez afirma que se trata de un verdadero duelo— se rehabilitó. Gracias a la ayuda psicológica se dio cuenta de que ella misma era una persona tóxica y no solamente él. La terapia la ayudó a tener un control de sus emociones y, sobre todo, a amarse a sí misma.

Hay cosas para las que no existen manuales y el amor es una de ellas. Es difícil entender y llevar un noviazgo “perfecto”. Pero lo más importante es que una persona no “necesite” de otra para ser feliz. Ya lo dice Ayo: “Es terrible perder un amor, pero más terrible es perderse uno mismo”.

Con datos de: Pilar Manríquez (psicóloga, Tel: 73262228);

Rodrigo Ayo (psicólogo, Tel: 77286622) y Walter Riso (psicólogo)

“Manual para no morir de amor”

foto: blogdelfotógrafo