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5 Tipos de berrinches y cómo enfrentarlos

Siento que acabo de tener un encuentro con Chucky (personaje de terror, protagonista de la película del mismo nombre) #PataletaNivelPro”. Esta publicación de Facebook de Nela, mamá de una niña de tres años, revela lo impactante que puede resultar el berrinche de tu pequeño:

Gritos, objetos tirados, portazos, golpes, arrojarse al suelo y llanto son solo algunas de las formas que adoptan las rabietas infantiles. Todos los padres las han vivido, pues son parte normal del desarrollo de un niño.

Ocurren porque los menores de entre uno y cinco años no saben aún cómo lidiar con la frustración, la ira, el cansancio o la tristeza. “Las rabietas se manifiestan en siete de cada 10 chicos entre los 18 y 24 meses de edad, así como en tres cuartas partes de niños entre tres y cinco años”, asegura la psicóloga Blanca Ortiz a Saludymedicinas.com. Según guíainfantil.com, hay cinco tipos de rabietas:

ATENCIÓN. Los estallidos emocionales pueden ocurrir cuando el niño siente que no le haces caso. También suceden con la llegada de un hermanito. El castigo o las reprimendas son para el menor atención (negativa, pero atención al fin). Recuerda que es importante interiorizarte por lo que le interesa a tu hijo, para que tenga un sano desarrollo emocional.

DESEO. El niño quiere algo y lo quiere ¡ya! Con la negativa de sus padres empieza el berrinche. En estos casos, no cedas comprándole el juguete que desea, si ese es el caso, y acostúmbralo al refuerzo positivo; es decir, prémialo cuando notes su buen comportamiento.

EVITACIÓN. Sucede generalmente cuando ya es hora de dormir o en la mesa, y el pequeño no quiere comer algún alimento. En estos casos, guíainfantil.com recomienda decirle frases como: “Sé que te gustaría seguir jugando, pero ahora debes dormir…”.

CANSANCIO. Es común observar por la calle a padres abrumados con su niño de la mano y llorando. No es mal comportamiento, es cansancio. No lo riñas, en estos casos muéstrale comprensión a tu hijo y dale el descanso que se merece. Muchos padres no toman en cuenta que, al ser más cortas que las del adulto, las piernas de un niño trabajan el triple para llevar el ritmo en una caminata.

FRUSTRACIÓN. Desde un helado caído hasta conflictos con sus pares, enséñale a tu hijo a lidiar con las emociones. Eso sí, no dejes que golpee (ni a sí mismo, ni a otros). “Pregúntale si se sintió enfadado por algo, explícale que es normal y potencia su autoestima”, recomienda Guía Infantil.

Si la rabieta ocurre en la calle, la psicóloga Tatiana Jáuregui sugiere no dejarse llevar por la presión social del entorno y dejarle claro al niño que ése es un mal comportamiento; además de minimizarlo, para que pierda su efecto. “Es más fácil decirlo que hacerlo”, reconoce ella, pero vale la pena intentarlo.

Con datos de: tatiana jáuregui (psicóloga infantil, tel: 72074737), www.guíainfantil.com y www.saludymedicinas.com.