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Cuidado con el síndrome del emperador

El síndrome del emperador se presenta en aquellos “niños que ejercen el control sobre los padres con estrategias como berrinches y gritos”, explica la psicóloga infantil Anneceline Requena.

El problema se presenta porque los progenitores no ponen límites ni obligaciones y son demasiado permisivos. Si el menor va creciendo con este síndrome sin tratamiento, “en la adolescencia las conductas se tornarán progresivamente más violentas, dándose claros casos de maltrato a su entorno social”, se advierte en la página web de psicólogos y psiquiatras de Barcelona, España.

Para evitar ésto, se debe tratar al menor como lo que es: un niño y no como al “rey de la casa”. Dale una rutina para sus obligaciones y responsabilidades en la familia, según su edad; pero, sobre todo, ponle límites. Es esencial que el menor aprenda a aceptar un “no”, indica la psicóloga.

Los papás “no deben poner al niño por encima del rol que ellos cumplen como padres… Ellos son los que deciden y ponen límites. Ahora, si notan un comportamiento que puede llevar al síndrome del emperador, lo recomendable es acudir a un especialista”, anima Requena.

Es necesario que los papás compartan tiempo con el menor, antes que buscar compensar su ausencia con regalos.

El menor debe aprender a aceptar un “no” fundamentado; sin límites podría volverse un tirano, dañando a su entorno.

Los padres pierden autoridad al querer ser amigos de los hijos; no son sus amigos, son sus padres y los que ponen las reglas.

Si en casa hay gritos y amenazas, el menor tomará esa actitud. Los padres deben dar el ejemplo de diálogo y armonía.

No se debe tolerar actitudes violentas ni engaños; éstas deben tener una sanción, según la edad y la gravedad del asunto.

Con datos de: Anneceline Requena

(psicóloga infantil, Tel.:72074737),  Elpais.com,

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