Salir a comer es un verdadero placer, ya sea en familia, amigos o en pareja.
Una salida a un restaurante es un incentivo encantador donde todos aprendemos sobre nuevos alimentos, platos exóticos, espacios desconocidos y propuestas culinarias ilimitadas; ¡toda una experiencia educativa que eleva nuestros sentidos!
En esta segunda parte, conoce tres “siempre” y tres “nunca” de las reglas básicas de buenos modales, que son las mismas que en casa.
- Siempre
- 1. Un mal vino se acepta o rechaza, siempre. En presencia del sumiller o el mesero, el anfitrión o anfitriona puede aceptar o rechazar un vino defectuoso. Amablemente, pídanle al mesero que él mismo lo pruebe antes de servir el resto de las copas con un mal vino. Un anfitrión no debe aprovechar la situación para mostrar sus amplias dotes sobre el manejo del vino.
- 2. Accidentes siempre ocurren. Si se cayó uno de los cubiertos, se encontró un objeto extraño en la comida, se derramó el vino u otro accidente que no sea de su dominio, llamen al mesero e infórmenle discretamente al oído. Un buen restaurante está preparado para resolver este tipo de situaciones.
- 3. Un toque de cortesía, siempre. Aquellos que nos sirven, abren la puerta, ayudan con la silla, cuelgan el abrigo, toman las órdenes, alcanzan los platos y cuya tarea no es fácil, deben ser reconocidos con cortesías simples. Una sonrisa, un gracias y una propina —sin muchos comentarios y con discreción—, son un regalo especial.
- Nunca
- 1. Acaparar la conversación, nunca. Igualmente que en una comida en casa, para qué desgastarnos hablando de temas candentes cuando hay infinidad de otros inofensivos: arte, cine, música, viajes, deportes, vacaciones, etc. En un lugar público, los problemas personales y malentendidos no deben discutirse. Lleven una buena conversación a la mesa, en forma civilizada, tomando turnos, escuchando y con la mente abierta. Las “meteduras de pata” en una conversación ¡solo ocurren cuando alguien habla demasiado!
- 2. Devolver los alimentos sin motivo, nunca. Solo se envía comida de vuelta a la cocina si algo realmente no ha sido refrigerado adecuadamente o algún alimento esta en mal estado. Es aconsejable que si uno de los presentes tuviera una restricción médica o dieta especial informe al mesero desde un comienzo.
- 3. Si retiran el plato no se enfade, nunca. Algunos restaurantes entrenan a su personal para que recojan los platos tan pronto el comensal haya terminado, aun cuando los demás continúen comiendo. ¡Qué manía! Si se ven frente a esta situación, pídanle al camarero con la mayor educación que espere a que los demás terminen.
Pilar Richardson es la Señora Etiqueta, autora de los libros
‘Manual de Etiqueta y Protocolo’ y ‘Buenos Modales para niños’