La mancha de petróleo provocada por la fuga de crudo en una plataforma del Golfo de México es al menos tres veces más grande que la última estimación realizada, dijo a la AFP un investigador de la Universidad de Miami, que se basa en imágenes satelitales.

«Según las últimas imágenes satelitales que recibimos, el tamaño del derrame es tres veces más grande» de lo que se había estimado previamente, dijo Hans Graber, director del centro de análisis de imágenes satelitales (CSTARS) de la Universidad de Miami.

La últimas mediciones de ese centro de análisis, realizadas con imágenes tomadas el 29 de abril, reflejaron que la dimensión del derrame era más de tres veces mayor que la estimación previa, precisó el investigador.
El 29 de abril la mancha tenía 9.000 kilómetros cuadrados, dijo Graber, más de tres veces que la medición que se había realizado tres días antes, el 26 de abril, cuando alcanzaba unos 2.600 kilómetros cuadrados, indicó.

El investigador explicó que las nuevas imágenes tomadas por el CSTARS no permiten observar la totalidad de la superficie que ocupa el derrame sino algunas partes.

«Estamos esperando nuevas imágenes, esta noche o mañana, para hacer nuevos cálculos del tamaño del derrame». «Como la mancha crece todo el tiempo, lo más esperable es que ya sea más grande aun de lo que estimamos».

El derrame de petróleo en el Golfo de México, el peor en décadas en EEUU, amenazaba con agravarse este sábado, cuando se recurría a medios excepcionales para intentar contenerlo.

Están en curso varias operaciones, indicaron guardacostas y la dirección de la petrolera británica British Petroleum (BP), que explotaba la plataforma accidentada y hundida el 22 de abril, que provocó una fuga de crudo.
Varios equipos trabajaron toda la noche para inyectar 11.400 litros de productos dispersantes, y los resultados se evaluaban ayer.

Equipos de emergencia se desplazaban a las zonas costeras amenazadas para realizar operaciones de limpieza y BP convocó a voluntarios.

Recursos Más de 84 km de diques flotantes fueron desplegados para intentar contener la mancha de petróleo. Más de 3,8 millones de litros de petróleo mezclado con agua fueron ya retirados del mar. Otras dos plataformas petroleras en el Golfo de México debieron detener sus operaciones por razones de seguridad y una fue evacuada.
Una parte de las aguas del Mississippi, el mayor río del país, estaba siendo desviada en dirección de los humedales para contener la marea negra, decretada «catástrofe nacional».
El presidente Barack Obama estará en el lugar el domingo para «apreciar la fuga de petróleo y la reacción» de las autoridades.

Se aviZora la peor catástrofe

* Alrededor de 1.900 funcionarios federales dotados de 300 barcos y aeronaves se encuentran en la zona. La marea negra amenaza con provocar la peor catástrofe ecológica de EEUU. El volumen de crudo que fluye podría multiplicarse a 800.000
litros diarios.


Mal tiempo perjudica las labores

AFE * Washington
Vientos intensos y olas de gran altura amenazan, desde ayer,  con frustrar los esfuerzos para impedir que la marea negra de petróleo contamine las costas de Luisiana. La catástrofe ecológica podría generarse también en los estados de Florida y Alabama.

El Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos habría pronosticado, ayer, el aumento de los vientos y de las mareas. Las olas han empujado el petróleo al interior de las pequeñas bahías del sudeste de Luisiana. Inevitablemente, los vientos han aumentado la altura de las olas, a lo que se sumó la alta probabilidad de que se presenten tormentas eléctricas durante todo el día en la región, señaló el informe.

Tom McKenzie, portavoz del Servicio de Pesca y Vida Salvaje, manifestó que «es posible que las olas inutilicen las barreras flotantes que han sido instaladas en las cercanías costeras de Luisiana».

Entre tanto, pese a la amenaza de mal tiempo, más de 6.000 miembros de la Guardia Nacional y centenares de barcos continúan instalando las barreras flotantes en las costas de Luisiana. La inminencia de un desastre ecológico y los efectos en su industria turística y pesquera, ya son avizorados por autoridades locales que temen lo peor.

Por su parte, el Gobierno federal intensificó la presión sobre la petrolera British Petroleum (BP) para que aumente sus esfuerzos en finalizar el vertido de crudo y, así, reducir el impacto ambiental.