El primer ministro británico, Gordon Brown, anunció su próxima renuncia como líder del laborismo, en un inesperado giro que podría posibilitar una alianza con los liberal demócratas de Nick Clegg, que siguen negociando un pacto de gobierno con los conservadores de David Cameron.

Brown indicó al mismo tiempo el inicio de conversaciones «formales» con los ‘Lib Dems’, que tienen la llave del próximo gobierno después de que los británicos eligieran el pasado jueves el primer parlamento sin mayoría absoluta en 36 años, sumiendo al país en una crisis institucional.

«La razón por la que tenemos un ‘parlamento colgado’ (sin mayoría absoluta) es que ningún partido y ningún líder pudo obtener el pleno respaldo del país», dijo Brown en una declaración solemne delante del 10 de Downing Street.

«Como líder de mi partido, debo aceptar que es un juicio contra mí. Tengo intención por tanto de pedir al Partido Laborista que ponga en marcha el proceso necesario para la elección de su líder», agregó esperando que su sucesor esté en el cargo antes de la próxima conferencia del partido prevista para septiembre próximo.

«No desempeñaré ningún papel en esa elección. No respaldaré a ningún candidato individual», declaró Brown, cuando su ministro de Relaciones Exteriores, David Miliband, parece ser el favorito.

Sin prejuzgar el desenlace de las discusiones, Clegg señaló que la renuncia de Brown era «un elemento importante» para un eventual pacto de gobierno.

Antes de las elecciones, cuando todos los sondeos apuntaban ya a un «parlamento colgado», Clegg sugirió que podría respaldar un eventual mantenimiento de los laboristas en el poder, siempre y cuando Brown no renovara su mandato como primer ministro.