La compañía petrolera británica British Petroleum (BP) reinició las operaciones con dispersantes en el Golfo de México, para intentar contener el derrame de crudo, a pesar de los riesgos para el medio ambiente por los químicos.

Tanto autoridades federales como estatales «consintieron la tercera prueba con el dispersante subacuático», indicó el vocero de BP John Curry. La prueba «continuará por 24 horas. Una vez que concluya se realizarán las evaluaciones correspondientes», agregó.

Los disparos se efectuaron a través de un largo tubo por medio de submarinos robóticos a control remoto directamente en el lugar de la fuga.

Se espera que el dispersante quiebre la composición del crudo, lo que con el paso del tiempo hará que la mancha flotante se reduzca a partículas más pequeñas que puedan biodegradrarse en lugar de quedar como globos densos chiclosos que sofocan la vida salvaje y la vegetación.

Los críticos de la medida sostienen que el dispersante puede provocar muchos problemas, una vez disuelto en el fondo del mar, afectando allí y en adelante la vida del ecosistema.

La Universidad del Estado de Louisiana estudiará las aguas profundas y las de la superficie para monitorear el impacto del dispersante.

Simultáneamente la administradora de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos Lisa Jackson viajó a la zona del desastre para «observar el esfuerzo que se realiza para mitigar el impacto medioambiental y humano del derrame de BP», indicó el organismo en un comunicado.

La Casa Blanca decidió ayer mismo tomar cartas en el asunto y seguir de cerca el trabajo de BP para contener el derrame. La situación en el golfo comienza a afectar la agenda política del presidente Barack Obama.

Medioambientalistas, camaroneros y pescadores temen que el dispersante liquide los peces y otros organismos de la cadena alimenticia.

«Como camaroneros, vivimos del mar y peleamos para preservar el delicado equilibrio del océano», argumentó John Williams, el director ejecutivo de The Southern Shrimp Alliance, grupo representante de la industria del camarón.
Tras el fracaso de la colocación de la cúpula gigante para detener el derrame BP corría contra el tiempo en la búsqueda de nuevas opciones. 

Entre las opciones, que podrían implementarse, se maneja un dispositivo para obturar el punto de fuga del crudo, un «disparo de basura» para tapar la rotura con escombros e incluso una válvula enteramente nueva.

Alternativa para parar la fuga

Sombrero
El director ejecutivo de BP, Tony Howard, indicó que la empresa planifica bajar «en las próximas 72 horas» una caja de contención más chica que la cúpula gigante (que fue un fracaso) para ubicar como «sombrero» sobre el punto de fuga del crudo.