El niño holandés Ruben, de nueve años, único sobreviviente del accidente de avión que costó la vida a 103 personas el miércoles en Libia, llegó ayer a Eindhoven (sur) y fue transportado a un hospital.

«Ruben llegó en seguridad a su destinación final», dijo Christoph Prommersberger, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores holandés, que se negó a dar más precisiones para proteger la vida privada del menor.

Un poco antes, el vocero de la Federación Holandesa de Turismo, Markus van Tol, responsable de la repatriación de Ruben a Holanda, había anunciado a la AFP el aterrizaje en el aeropuerto militar de Eindhoven del avión ambulancia libio que lo trasladó desde Trípoli.

«El avión con el muchacho sobreviviente ya aterrizó. El niño va rumbo al hospital. Va en una ambulancia con sus dos médicos» libios y una enfermera. «No se revelará el nombre del hospital para proteger su tranquilidad», añadió Van Tol.

Ruben, cuyos padres y hermano murieron en el accidente, viajó desde Trípoli junto con su tío y su tía, que lo acompañaban en el hospital desde el jueves, y el médico que lo atiende desde su hospitalización, el doctor Siddiq ben Dilla.

Antes de partir, el médico declaró que se quedará «el tiempo que sea necesario» al lado de este «paciente muy especial».

El niño está «en buen estado de salud» y habla, dijo el médico.
Rubén van Assouw —su apellido fue revelado por la prensa— llegó al aeropuerto de Trípoli en una ambulancia, a la cual había sido llevado en camilla, cubierto con una frazada y con la cara tapada por un barbijo.