Un buque taiwanés reanudaba ayer las tareas de limpieza del crudo derramado en el Golfo de México, luego de que las fuertes mareas y vientos llevaron alquitrán a las costas. La labor continúa luego de que el huracán Álex interrumpiera los esfuerzos de contención de una de las catástrofes ecológicas más graves registrada en los últimos tiempos.

Las fuertes mareas y vientos provocados por el paso del huracán Álex retrasaron los esfuerzos de limpieza, empujando más crudo hacia el interior y esparciendo petróleo desde Luisiana hasta Florida.

«La tarea de limpieza será larga y ardua durante los próximos días», dijo el contraalmirante Paul Zukunft.
 El pozo no deja de verter entre 30 y 60 mil barriles a diario desde que la plataforma operada por British Petroleum (BP) se hundió el 22 de abril.  

Un sistema de contención logró recoger unos 557.000 barriles de crudo, pero las fuertes mareas retrasaron la instalación de un tercer dispositivo, el Hélix, para aumentar la capacidad de limpieza de 25.000 a 53.000 barriles de crudo por día.

Un estimado de entre 1,6 y 3,6 millones de barriles de petróleo se han vertido en el golfo de México desde el accidente.