El presidente de EEUU, Barack Obama, llamó a su homólogo de Guatemala, Álvaro Colom, para pedir disculpas personalmente por los experimentos practicados  al inocular enfermedades venéreas a guatemaltecos en los años 40, informó la Casa Blanca.

Durante la llamada, Obama «expresó su profundo pesar por el estudio» y ofreció disculpas «a todos aquellos que se vieron afectados», indicó un comunicado, que fue reflejado por la AFP.

Obama reafirmó a Colom el «compromiso inquebrantable de Estados Unidos de asegurar que todos los estudios médicos actuales cumplen con los parámetros éticos y legales», señaló el texto. Al anunciar que Obama llamaría a Colom, el portavoz presidencial, Robert Gibbs, afirmó que el experimento con ciudadanos guatemaltecos fue «chocante, trágico y condenable».

Horas antes, Hillary Clinton se disculpó con Guatemala por los experimentos que infectaron intencionalmente a personas de ese país con sífilis y gonorrea entre 1946 y 1948, y anunció una investigación al respecto.

Un despacho de EFE informa de que en un comunicado conjunto con la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, Clinton calificó de «antiético» la inoculación de enfermedades de transmisión sexual que se desarrolló en Guatemala durante el gobierno de Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951).

«Lamentamos que esto haya sucedido y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas», señala.

Colom denuncia delito de lesa humanidad

El presidente de Guatemala, Álvaro Colom, calificó de «espeluznantes» y de «crímenes de lesa humanidad» los experimentos hechos por EEUU entre 1946 y 1948 que infectaron a personas de este país con sífilis y gonorrea, y por los cuales Washington pidió perdón.

Aseguró que se realizará una «profunda investigación» de los hechos que afectaron a más de 1.500 guatemaltecos, adelantó que se analiza presentar una denuncia para exigir resarcimiento al país, y reconoció la «hidalguía» de la Casa Blanca al pedir perdón. Según Colom, las víctimas de esas «prácticas antiéticas» y «deleznables» fueron en su mayoría soldados, presos, prostitutas y enfermos mentales.