El Premio Nobel de Química fue atribuido a dos japoneses y un estadounidense por haber creado las herramientas más sofisticadas de la química, abriendo el camino hacia tratamientos contra el cáncer y a productos electrónicos y plásticos revolucionarios.

El comité Nobel galardonó al estadounidense Richard Heck (de 79 años) y a los japoneses Ei-ichi Negishi (75) y Akira Suzuki (80). Los descubrimientos de los tres laureados permitieron a cientos de científicos sintetizar numerosas sustancias presentes en la naturaleza en todo el planeta, desde los mares italianos hasta los océanos de Filipinas pasando por la jungla indonesia de Borneo, explicó el comité.

Los tres fueron distinguidos por sus investigaciones sobre «el acoplamiento cruzado del paladio catalizado», un conjunto de reacciones químicas del carbono obtenidas gracias a un catalizador que usa ese metal.

Heck, profesor emérito de la Universidad de Delaware, al este de EEUU, consagró toda su vida a la investigación tras realizar estudios en California y en Suiza.  Negishi, nacido en Changchun en 1935 —ciudad japonesa en esa época, hoy china— llegó a EEUU en 1960 y obtuvo su doctorado en la Universidad de Filadelfia.

El profesor Suzuki exhortó a su país a invertir más en el ámbito de la ciencia, ya que «sólo puede prosperar gracias a los esfuerzos de su población para acrecentar sus conocimientos». Cada uno de los laureados dio su nombre a una de esas reacciones químicas.

«La reacción Heck, la reacción Negishi y la reacción Suzuki tienen una gran importancia para los químicos, ya que permiten la creación de elementos químicos cada vez más complejos» y son «importantes herramientas para la búsqueda de nuevos medicamentos», señaló el jurado.

Permitieron, entre otras cosas, la síntesis de la diazomanida A, extraída de un pequeño invertebrado marino de Filipinas y eficaz en el tratamiento de las células cancerosas del colon, y de la dragmacidina F, presente en una esponja marina italiana y utilizada en el tratamientos del herpes y del sida. El acoplamiento cruzado del paladio catalizado es útil en los progresos de los antibióticos contra las bacterias resistentes.

En la industria electrónica sirve para producir pantallas ultraplanas de sólo «unos milímetros», explicó el comité. Las primeras reacciones de ese tipo fueron realizadas hace más de 40 años por Richard Heck.

«Los descubrimientos de Richard Heck, Ei-ichi Negishi y Akira Suzuki son ya de gran importancia para la humanidad. No obstante, si se toman en cuenta los desarrollos en curso en laboratorios de todo el mundo, esas reacciones serán probablemente más importantes en el futuro», explicó.

Sueño hecho realidad

Reacciones
Ei-ichi Negishi confesó: «Empecé a soñar con el premio hace medio siglo, cuando llegué a Estados Unidos». «Me quedé sin palabras. Fue una gran sorpresa para mí», declaró Richard Heck, entrevistado por la agencia TT.

Una herramienta crucial para la química orgánica

El Nobel de Química 2010 premió a los descubridores de tres reacciones determinantes en síntesis orgánicas y que han permitido impulsar el desarrollo de nuevas medicinas y otras áreas como la agricultura o la electrónica. Las tres reacciones tienen en común su eficiencia y una característica «única», ya que se pueden llevar a cabo en «condiciones benignas y con precisión muy alta».

La química orgánica es la «base de la vida», resaltó la Academia, pero la estabilidad del carbono y el hecho de que sus átomos no reaccionen fácilmente entre sí obligan a usar agentes externos para sintetizar nuevas moléculas, de ahí la importancia.

Fue la industria química alemana Wacker la primera que usó en la década de 1950 el paladio como catalizador, para transformar el etileno en acetaldehído, un compuesto usado en la síntesis de plásticos, pinturas y lacas, entre otras aplicaciones.

Los científicos también han usado esta herramienta para optimizar la calidad de las pantallas de última generación con tecnología LED.