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Multitud despide a Kirchner en su natal Río Gallegos

El fallecido ex presidente argentino Néstor Kirchner recibió la última despedida en su natal Río Gallegos, con la más grande movilización popular en la historia de esa ciudad de la provincia de Santa Cruz, a 2.800 kilómetros al sur de Buenos Aires.

Miles y miles de personas acompañaron al cortejo fúnebre en el que venía la viuda, la presidenta Cristina Kirchner, desde el aeropuerto santacruceño en un trayecto de cinco kilómetros hasta el cementerio comunal, donde otra multitud lo aguardaba desafiando el frío de esta ciudad patagónica.

Mineros del carbón, trabajadores petroleros, familias enteras, jóvenes, empleados del Estado y vecinos conformaban una heterogénea amalgama para dar el último adiós al marido de la presidenta Cristina Kirchner y hombre fuerte de la política argentina.

Muchas personas, sin embargo, se quejaron de no tener la posibilidad de despedir los restos de Kirchner como sucedió en Buenos Aires, donde centenares de miles marcharon por las calles y otros miles desfilaron ante la capilla ardiente.

«Los santacruceños nos merecíamos una despedida como en Buenos Aires. No detrás de las vallas. Nos hubiera gustado que todo el pueblo de Santa Cruz lo hubiera despedido de otra forma», dijo Pamela Gal, de 44 años.

El frente del cementerio fue cercado con vallas metálicas de dos metros de altura, aunque se podía ver la bóveda donde se depositó el ataúd desde un parque ubicado enfrente. La tranquila ciudad de Río Gallegos había esperado con dolor y movilizada la llegada del féretro del ex presidente (2003-2007) para ser sepultado en la bóveda familiar de un cementerio comunal.

«Con Néstor volvimos a tener esperanzas y a creer en la política porque siempre nos dio respuestas», dijo a la AFP Nelly Marcote, de 61 años, envuelta en una bandera argentina.  Kirchner era el mayor estratega político de su esposa, que ahora enfrenta el desafío de consolidar su autoridad.

La gente se fue agolpando en calles céntricas y frente a la casa de gobierno provincial, donde carteles colgaban de la entrada principal, la mayoría refiriéndose al jefe del gobernante peronismo como «Lupo» o «Lupín», como todos lo conocían en la ciudad en la que había nacido hace 60 años.

«Millones de lágrimas censadas por Néstor», señalaba otra pancarta en alusión a que el miércoles, el día que falleció el también secretario general de la Unasur, se realizó un censo de población en Argentina.

De vuelta a sus raíces sencillas

En Río Gallegos, el ex mandatario se paseaba sin custodia, hablaba con los vecinos y solía tomar café siempre en el mismo bar de una esquina céntrica junto a políticos locales y amigos. Hace una semana estuvo en esa cafetería con su esposa, la presidenta Cristina Kirchner, una de las últimas veces que se lo vio públicamente antes de su muerte.