Cuba, Venezuela y Bolivia manifestaron en la sesión plenaria su repudio a la diplomacia estadounidense, mientras que Ecuador hizo gestiones entre bambalinas para que los mandatarios latinoamericanos condenasen las prácticas del Departamento de Estado. Argentina, Brasil y México se opusieron y la declaración final de la reunión obvió el asunto.

Los presidentes de Cuba, Raúl Castro, de Venezuela, Hugo Chávez, y de Bolivia, Evo Morales, no estuvieron en Mar del Plata, pero sus representantes aprovecharon este foro para criticar a EEUU, ante la mirada atenta de la anfitriona Cristina Fernández de Kirchner y del rey Juan Carlos. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, fue el primero en referirse a los «escandalosos» cables de EEUU que, a su juicio, han dejado en evidencia «la diplomacia imperial, llena de arrogancia, cinismo e hipocresía». Rodríguez subrayó que en estos informes «se confunde diplomacia con espionaje» y advirtió de que, «más allá de sonrisas y palabras amables del presidente de EEUU (Barack Obama), no ha habido cambio alguno» en la relación con su país, que soporta el embargo económico de Washington desde 1960.

En nombre de Venezuela habló su canciller, Nicolás Maduro. «Ratificamos nuestro más profundo repudio a las operaciones de intriga para dividir el continente y socavar a nuestros gobiernos y pueblos», declaró.

El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, insistió en que estas revelaciones confirman que hay «una diplomacia imperial de espionaje y de conspiración permanente» y señaló que «nuestras comunicaciones personales, nuestros correos y nuestra respiración están controlados».

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, intentó que la declaración final incluyera un repudio a la diplomacia de EEUU. Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, los otros socios de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), lo respaldaron, pero ni Cristina Fernández ni sus pares de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de México, Rafael Calderón, lo aceptaron. De ahí que Correa no se refiriera al escándalo de WikiLeaks en su discurso ante los demás.

Los cables filtrados incluyen alusiones a las gestiones discretas que Argentina había ofrecido a EEUU para influir sobre el Gobierno boliviano o las críticas de la ex presidenta de Chile Michelle Bachelet al «inestable» Gobierno de Fernández, sobre cuyo estado mental llegó a pedir información Washington, así como comentarios de altos cargos españoles sobre la corrupción en Argentina o datos sobre la libertad de movimientos de los servicios secretos cubanos en Venezuela.

La Cumbre supuso la despedida de Lula da Silva, que el 1 de enero entregará el poder a Dilma Rousseff. Fernández, como anfitriona, rindió homenaje al presidente de Brasil y le regaló una foto con su marido y antecesor, el fallecido Néstor Kirchner. Lula correspondió con palabras de homenaje a Kirchner. «Era el Maradona de la política».