Icono del sitio La Razón

China deja al Nobel con la silla vacía

El presidente del Comité Nobel colocó ayer el Premio de la Paz 2010 en una silla vacía y urgió al gobierno chino a liberar al laureado, el disidente Liu Xiaobo, quien purga una pena de 11 años de cárcel.

La ceremonia se llevó a cabo en Oslo en un ambiente diplomático enrarecido por el furor del régimen comunista chino contra el Comité Nobel y con manifestaciones de decenas de partidarios y de adversarios del disidente frente a la sede de la institución.

«Liu no hizo más que ejercer sus derechos cívicos. No hizo nada malo. Debe ser liberado», declaró el presidente del Comité Nobel, Thorbjoern Jagland, poniendo de relieve que la Constitución china garantiza la libertad de expresión y el derecho de criticar al Estado.

Al concluir su discurso, Jagland posó el diploma y la medalla de Liu en una silla vacía. «Lamentamos que el laureado no esté hoy aquí», agregó.

Pero el gobierno chino no dio señal alguna de cambiar de parecer y calificó de «teatro político» la ceremonia. «Este tipo de teatro político no hará vacilar nunca la determinación del pueblo de China en el camino del socialismo con características chinas», declaró la portavoz de la cancillería china, Jiang Yu, en un comunicado.

«No cambiaremos debido a la injerencia de algunos payasos», había declarado Jian Yu el martes. Unos 20 países decidieron ausentarse, aunque otros enviaron a sus representantes a la ceremonia encabezada por el rey y la reina de Noruega.

Entre los invitados figuraban varias celebridades, como los actores Denzel Washington y Anne Hathaway, que por la noche presentarán un concierto, y la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi.

La actriz sueca Liv Ullmann leyó un texto del disidente, condenado en diciembre del 2009 a 11 años de cárcel por «subversión del poder del Estado» por haber participado en la redacción de la «Carta 08», texto que reclama la democratización de China.

 «Ninguna fuerza podrá frenar la búsqueda de la libertad y China se convertirá al fin y al cabo en una nación regida por la ley, donde los derechos humanos reinen por encima de todo», leyó Ullmann. «Espero ser la última víctima de la interminable inquisición literaria en China y que en adelante ya nadie sea acusado por sus palabras», agregó.

«Yo no tengo enemigos ni odio». «Ninguno de los policías que me han vigilado, detenido o interrogado, ninguno de los fiscales que me inculparon y ninguno de los jueces que me juzgaron son mis enemigos», agregó.

La transmisión de la ceremonia fue censurada en China, donde las pantallas de las cadenas extranjeras BBC, CCN o TV5 quedaron oscuras en el momento en que se inició. También fueron censuradas en internet entradas como «silla vacía» u «Oslo».

Liu Xia, la esposa del laureado, está en detención domiciliaria desde el anuncio del Premio, el 8 de octubre. Las autoridades chinas impidieron además salir del país a los allegados del intelectual. En la región administrativa china de Hong Kong, unas 150 personas siguieron la entrega en una pantalla gigante instalada en un parque.

El  mundo pide liberar a Liu Xiaobo

-El presidente de EEUU, Barack Obama, Nobel de la Paz 2009, dijo que los valores defendidos por Liu son «universales» y llamó a China a liberar al disidente «lo antes posible». «Liu Xiaobo merece mucho más esta recompensa que yo», aseguró.

-La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, solicitó la «liberación inmediata» de Liu, haciendo referencia a la celebración del Día Mundial de los Derechos Humanos. «En este día pienso en Liu Xiaobo», declaró. El Senado mexicano pidió por unanimidad la libertad de Liu, por tratarse de un «pacifista, defensor de los derechos humanos».