El parque tomado en Buenos Aires por «sin techo», epicentro en los últimos días de violentos incidentes en los que murieron tres inmigrantes, amaneció ayer en calma, tras la llegada de las fuerzas de seguridad.

«Está todo en calma. Todo normal», dijo a la prensa la jueza Elena Liberatori, luego de recorrer el sitio para verificar si se estaba proporcionando la ayuda humanitaria ordenada, como la instalación de baños químicos y de agua potable, a las centenares de familias que siguen ahí, informó AFP.

La semana pasada, en el parque Indoamericano se registraron enfrentamientos entre «sin techo» y vecinos, lo que derivó en la muerte de tres personas, entre ellas los bolivianos Juan Castañares (38) y Rosmeri Chura (28). El martes, la Policía había intentado, sin éxito, desalojar el sitio.

El sábado, el Gobierno ordenó  enviar unos 1.200 federales de la Gendarmería (policía militarizada de frontera) y la Prefectura (guardacostas) que rodearon el parque. Además, un helicóptero voló por la zona.

La llegada de los efectivos fue celebrada con aplausos por los vecinos de Villa Soldati, donde se encuentra el parque, que se oponen a la usurpación del paseo público y por los mismos «okupas» que se sienten blanco de lo que identificaron como «bandas armadas» dispuestas a desalojarles a tiros, informó EFE.

«Pasamos mal la noche por el frío, la lluvia y el barro», dijo a EFE una de las ocupantes del parque, quien, como el resto, afrontó las inclemencias del tiempo dentro de tiendas improvisadas con cartones, bolsas y maderas.

Características. Gran parte del parque está rodeado de asentamientos precarios y urbanizaciones de vecinos de ingresos medios a bajos, de Villa Soldati.

El área verde fue dividido en parcelas, con palos y sogas, por las casi mil familias que se asentaron y que dicen que seguirán hasta que el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires dé casas. Ocupantes del parque que viven en esa villa, entre los que también hay argentinos, peruanos y bolivianos, explicaron que habían tomado la decisión porque no podían hacer frente a sus alquileres.

«Me cobran 400 pesos (100 dólares) por una piecita y apenas gano 1.000 por mes», dijo Juan a la televisión, mientras las imágenes lo mostraban junto a su mujer y dos niñitas sentados en el barro que sucedió a una fuerte lluvia la noche del sábado.

El sábado, el Gobierno de Argentina y el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, el opositor Marcelo Macri, mantuvieron una reunión con representantes de los «okupas» en la que no se llegó a una solución de fondo para el problema, informó EFE.

El Ejecutivo nacional ofreció tierras, pero el alcalde Macri no se comprometió a financiar la construcción de viviendas. La autoridad edil días atrás había caldeado los ánimos tras atribuir los incidentes a «una inmigración descontrolada» y a «organizaciones delictivas», lo que fue criticado por el propio gobierno de Cristina Fernández.

Delegado de ONU en Bolivia está preocupado

El representante en Bolivia de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Denis Racicot, expresó ayer su preocupación por la situación de los migrantes bolivianos en Argentina, según ABI.

«Toda situación que desemboca en un escenario de violencia, donde hay muertos y heridos, es un hecho que preocupa que pase en Bolivia o en la Argentina», dijo en referencia a los sucesos en Villa Soldati, donde perdieron la vida dos bolivianos y un paraguayo.

A juicio de Racicot, cuando intervienen fuerzas del orden público se deben evitar los enfrentamientos con violencia en el marco del respeto a los derechos humanos de las personas.

Consideró que es necesario que las autoridades argentinas investiguen los hechos y agregó que los bolivianos que están en Argentina «tienen la protección de la ley como todo ciudadano».

El sábado, el canciller de Bolivia, David Choquehuanca, pidió a Argentina respetar los derechos humanos de los bolivianos en ese país y exhortó a los migrantes cumplir las leyes. «Quiero exhortar a los países receptores a actuar con responsabilidad en el marco de la Declaración Universal de los Derechos Humanos».