Ibaraki, una de las provincias del litoral oriental nipón más afectadas por el terremoto del viernes, se encuentra sumida en la oscuridad y el silencio, con casi la totalidad de sus edificios dañados y carreteras cortadas.

El temor a un tsunami como el que barrió la vecina provincia de Fukushima ha obligado a evacuar pueblos enteros, que ahora sólo cuentan con la presencia de furgones de las Fuerzas de Autodefensa y coches que por megafonía advierten del peligro que acecha mar adentro.

Los que se han quedado hacen guardias en grupo a las puertas de sus casas con linternas y la compañía de la NHK, la única emisora de radio que sigue activa y que anuncia las alertas y repasa las secuelas del mayor sismo del país, de 8,8 grados en la escala de Richter.

Al norte de la ciudad de Mito los semáforos no funcionan en los cruces y casi la totalidad de los puentes o pasos elevados sufren desperfectos por la devastación del terremoto, a lo que hay que añadir la ausencia de señales de telefonía móvil.
Las calzadas están llenas de grietas u onduladas, aunque por el momento se permite circular. 

La eficiencia japonesa se hace notar en la rapidez con la que, en 24 horas, se colocaron avisos en las zonas más peligrosas, así como en las primeras obras de reparación de los desperfectos en las vitales vías de comunicación terrestre.

El tren bala no funciona y ninguna de las vías hacia el malogrado norte de Honshu están abiertas, lo que junto a negocios cerrados y fachadas hundidas conforma un desolador paisaje.

El gradual avance de la onda del sismo es más que evidente en las proximidades de la frontera con la provincia de Fukushima, ya que pocas edificaciones están en buen estado.

Ayuda internacional empieza
AFP, EFE – La ayuda internacional para Japón comienza a ejecutarse. Socorristas de EEUU partieron ayer para participar en la búsqueda de sobrevivientes del sismo y el primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, ordenó el aumento de los suministros de combustible a Japón a petición de las autoridades de Tokio.

Ayer, un equipo de 150 personas y 12 perros entrenados partió de Virginia y, además, un grupo de la ONU de siete expertos en la coordinación y evaluación en catástrofes se alista para viajar.

Este sábado también se conoció que Putin aseguró el apoyo. «Debemos ser socios fiables y hacer todo para ayudar con carburante».

Rusia podrá suministrar hasta 150.000 toneladas de gas natural licuado e incrementar los suministros de carbón.