Las fuerzas de seguridad sirias han abierto fuego contra cientos de manifestantes que protestaban contra las leyes de emergencia en la ciudad de Deraa, en el sur del país y epicentro de las últimas movilizaciones, según testigos, informa El País

«Queremos dignidad y libertad y no a las leyes de emergencia», ha dicho un testigo citado por una agencia internacional.

Los manifestantes se han concentrado en una importante plaza de la ciudad para pedir «dignidad y libertad» y oponerse a las leyes de emergencia propuestas por el líder sirio, según El Mundo.

El vicepresidente del país, Faruq al Shara, ha declarado a la cadena de televisión del movimiento chií libanés Hezbolá, Al Manar, que el presidente Basar al Asad anunciará en los dos próximos días una serie de «importantes» decisiones que «agradarán al pueblo sirio».

Este anuncio llega después de que el Gobierno sirio culpase el domingo a un predicador islamista y a misteriosos grupos armados de la creciente revuelta en el país , y siguió ampliando su estrategia represiva: el Ejército reforzó sus posiciones en las calles de Deraa, donde se originó la protesta , y en Latakia, donde el sábado murieron 12 personas -y no tres como se creyó al principio- y más de 200 sufrieron heridas.

Los diez días de protestas antigubernamentales en la ciudad del sur del país representan el desafío más grave para el Gobierno del presidente Bashar Al Assad.

Latakia, principal puerto de Siria, parecía este lunes una ciudad fantasma tras los violentos enfrentamientos del fin de semana, en momentos en que el presidente sirio Bashar al Asad, sometido a creciente presión popular, se disponía a levantar el estado de urgencia vigente desde hace cinco décadas, informa AFP.

Los comercios y las escuelas de esta ciudad de 450.000 habitantes estaban cerradas este lunes y los funcionarios no acudieron a sus trabajos.

 

Promesas de reformas

Mientras la oposición, carente de líderes, intentaba organizarse y convocar una huelga general, el Gobierno seguía prometiendo de forma vaga reformas políticas y el levantamiento de las leyes de emergencia vigentes desde 1963.

Buthaina Shaaban, la asesora política del presidente Bachar el Asad, asumió de nuevo la función de portavoz para el extranjero y declaró que los violentos disturbios registrados el sábado en Latakia habían sido provocados por el jeque Yusef el Qaradawi, un popularísimo y polémico teólogo suní egipcio cuyo programa en Al Yazira disfruta de una audiencia cercana a los 40 millones de personas, revela El País.

«Hasta el sermón que El Qaradawi pronunció el viernes, todo estaba tranquilo en Latakia», dijo. En su prédica, el jeque, conocido por su rechazo a «la herejía chií» (los Asad son alauíes, una rama del chiísmo), criticó duramente el régimen sirio y la represión policial sobre los manifestantes, y bendijo las protestas como «una causa justa».

El Qaradawi ya fue uno de los factores que animaron la rebelión en Libia. El predicador musulmán afirmó que Gadafi carecía de legitimidad como gobernante y que trabajaba para el sionismo. En cambio, defendió al Gobierno de Bahréin y a la dinastía de los Al Jalifa, a varios de cuyos miembros llamó «amigos personales», frente a la revuelta mayoritariamente chií. El jeque El Qaradawi es conocido por considerar el Holocausto judío como «un merecido castigo divino» y años atrás fue objeto de una campaña de denuncia por parte de cientos de teólogos musulmanes que calificaron sus enseñanzas de «bochornosas».

Además de la incitación del jeque, según Buthaina Shaaban, en Latakia aparecieron los mismos misteriosos «grupos armados» a los que también se atribuyó la violencia en Deraa. Miembros de esos grupos habrían disparado sobre la multitud desde las azoteas y causado la muerte de manifestantes y policías. Numerosos participantes en las protestas aseguraron, por el contrario, que no existía misterio alguno y que quienes disparaban a la multitud eran agentes de la Guardia Presidencial y de otros cuerpos de élite, dirigidos por un hermano del presidente El Asad.

 

Apoyo

El presidente sirio, Bashar al Assad, ha recibido en las últimas horas llamadas de apoyo de varios dirigentes de la región, después de que en los últimos días se hayan contabilizado al menos 61 muertos solo en la zona de Deraa, informa El País.

Según ha informado la agencia oficial siria SANA, Al Assad ha recibido el «apoyo» del rey Abdulá de Arabia Saudí ante «la conspiración de la que es objeto la seguridad y la estabilidad» de Siria. Asimismo, el monarca le ha transmitido que Riad estará «junto a las autoridades y el pueblo libio para desbaratar esta conspiración».

Al Assad también ha recibido llamadas, según SANA, del rey de Bahréin -país que también ha registrado en las últimas semanas manifestaciones a favor de más democracia-, Hamad bin Isa al Jalifa, y de los emires de Kuwait, jeque Sabá al Ahmad al Jaber al Sabá, y Qatar, Hamid bin Jalifa al Thani, así como del presidente iraquí, Jalal Talabani. Todos ellos, según la agencia oficial, han expresado el respaldo de sus países a Siria y su «confianza en la capacidad del país de frustrar esa conspiración».

En Deraa, el corazón de la protesta, miles de ciudadanos se congregaron ayer en las mezquitas de forma silenciosa. En la mezquita de Al Omari permanecían reunidas más de 1.200 personas, según testigos presenciales citados por la BBC, quienes indicaron asimismo que numerosos soldados habían tomado la ciudad y rodeado las mezquitas.

Buthaina Shaaban, que el jueves ya anunció un programa de reformas sin detalles ni fechas, declaró que la decisión de levantar las leyes de emergencia había sido adoptada por el Gobierno y solo faltaba elegir el momento de ponerla en práctica. Esas leyes, vigentes desde 1963, permiten detener y encarcelar de forma arbitraria, someter a vigilancia las comunicaciones privadas y aplicar una severa censura sobre los medios de comunicación. Shaaban adelantó que el presidente Bachar el Asad iba a comparecer en televisión «en los próximos días» para especificar su programa de reformas y «aclarar la situación» con los ciudadanos sirios.