El presidente de Siria, Bachar el Asad, se dirigirá mañana al Parlamento para anunciar reformas, especialmente el levantamiento del estado de excepción vigente desde 1963 y un cambio del gabinete de Gobierno, que hoy ha dimitido.

Será el primer mensaje del gobernante desde que estallaron las protestas políticas en varias ciudades del país, que han causado decenas de muertos y centenares de heridos, informa El País.

Pese al anuncio, las protestas no se detienen. Según la televisión estatal, el presidente sirio ha admitido la dimisión del Ejecutivo en pleno y tendrá que nombrar otro Gabinete en un intento de aplacar la revuelta prodemocrática.

Mientras tanto, decenas de miles de personas han salido a las calles en marchas organizadas por el Gobierno para apoyar al presidente ante la peor oleada de protestas en sus 11 años de mandato, una revuelta en pro de reformas democráticas que comenzó hace cerca de dos semanas en el sur del país y que ha sido hasta ahora duramente reprimida: ha costado la vida a más de 60 personas.

Aunque la protesta comenzó en demanda de mayor libertad y democracia, la represión, especialmente en la ciudad de Deraa, en el sur, epicentro de la revuelta, ha provocado que algunos pidan sin tapujos el fin del régimen de Asad, que tomó el poder de manos de su padre, Hafez el Asad, hace casi 11 años. Así ha ocurrido recientemente en Túnez  y Egipto , mientras que en Libia , con la intervención occidental, se lucha por desalojar del mando al coronel Muamar el Gadafi.

La reacción de Asad, que ayer anunció la comparecencia de hoy, será en forma de medidas de apertura. Por el momento, ya se sabe que nombrará un nuevo Gobierno y se espera asimismo que en su discurso anuncie el levantamiento del estado de excepción, en vigor desde 1963.

El vicepresidente, Faruk el Shara, anunció ayer que el presidente comparecería en 48 horas, para anunciar medidas que tranquilizarían a la población. Está por ver si estas medidas consiguen parar la revuelta. En Egipto y Túnez no fue suficiente.

La semana pasada, Asad prometió que estudiaría poner fin al estado de excepción, así como la aprobación de leyes para ampliar la libertad política y de expresión y mejorar las condiciones de vida de los sirios, pero aún así las fuerzas del orden han seguido reprimiendo las manifestaciones de protesta con disparos y gases lacrimógenos. Ayer mismo lo hizo en Deraa, epicentro de la revuelta. También ha habido disturbios en Hama y la ciudad portuaria de Latakia.

EEUU

La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, apremió hoy al presidente sirio a acometer las reformas que demandan sus ciudadanos, señala EFE.

«Depende del Gobierno sirio, de sus líderes, empezando por el presidente Bashar al Asad, probar que pueden responder a las necesidades de su propia población», afirmó Clinton en rueda de prensa al término de la conferencia internacional sobre el futuro de Libia celebrada en Londres.

La secretaria de Estado señaló que la posición de Estados Unidos respecto a la situación en Siria es la misma que mantiene sobre «el resto de las secuencias de acontecimientos increíbles que se han visto en el norte de África y en Oriente Medio».

«Esperamos que se conviertan en oportunidades de reforma en todos esos países. Queremos ver transiciones pacíficas, así como democracias que representen la voluntad de sus ciudadanos», afirmó la secretaria de Estado.

Desde Washington, el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner,dijo que el mandatario sirio se encuentra «en una encrucijada».

«Creemos que el presidente Assad está en una encrucijada. Desde hace más de diez años dice que es un reformador, pero no ha hecho ningún progreso importante en materia de reformas políticas», afirmó Mark Toner, portavoz del departamento de Estado, según AFP.

Manifestaciones de apoyo

Pese a todo, el régimen sirio ha querido hoy escenificar el apoyo con que cuenta. Cientos de miles de sirios han salido a la calle en las principales ciudades del país. La televisión, que no ha informado de las protestas democráticas, ha ofrecido hoy imágenes de manifestaciones pro-gubernamentales en Damasco, la capital, Alepo y Hasaka, con gente portando banderas sirias, mostrando fotos de Asad y gritando «Dios, Siria, Asad». En una pancarta en Damasco, se podía leer: «Última hora: la conspiración ha fracasado», en alusión a las declaraciones del régimen, que culpan de la revuelta a bandas armadas y elementos extranjeros. Otra rezaba: «Con nuestra sangre y nuestras almas protegeremos la unidad nacional».