«Al menos 800 personas» murieron el 29 de marzo en una misma ciudad, en Duekué (oeste de Costa de Marfil), denunció el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Según el organismo, citando informaciones recogidas en la zona, las muertes se produjeron como consecuencia de ataques violentos entre comunidades.

Una portavoz del CICR en Ginebra, Dorothea Krimitsas, dijo a la AFP que delegados del organismo vieron «una gran cantidad de cuerpos».

«Todo parece indicar que se trata de actos de violencia intercomunitaria», añadió la portavoz.

La información se conoce al final de otra jornada violenta en el país africano. Partidarios de Alassane Ouattara (presidente electo de las elecciones de diciembre del año pasado) y miembros de los Jóvenes Patriotas de Laurent Gbagbo (mandatario quien se niega a dejar el país) protagonizaron hoy encarnizados combates que se han propagado por toda Abiyán, la ciudad más poblada del país.

Mientras tanto, el cerco se estrecha en torno al presidente saliente de Costa de Marfil. Los enfrentamientos más fuertes se han registrado en los alrededores de la estación de la televisión estatal, que cortó su señal después de que los leales al presidente electo Ouattara tomaran el control durante la noche. Las fuerzas de Gbagbo dijeron por la mañana que habían recuperado el canal de TV por la mañana y que siguen los combates.

Las cercanías de la residencia y oficina de Gbagbo también han sido escenario de fuertes tiroteos, así como dos importantes bases militares en esta ciudad, el enclave económico más importante del país. Abiyán se ha convertido en una zona de guerra desde que las fuerzas de Ouattara -reconocido como vencedor de las elecciones por la comunidad internacional- entraran el jueves y rodearan el palacio presidencial para expulsar definitivamente a Gbagbo del poder.

El presidente saliente, quien se niega a reconocer su derrota electoral y a entregar el poder, está «en paradero desconocido», según Francia. Analistas citados por la agencia Efe ubicaban a Gbagbo en el cuartel de Agban, el mayor del país y foco de resistencia a las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI), donde se habían acuartelado previamente dos altos mandos cercanos al presidente saliente. Sin embargo, por la tarde, el portavoz del Gobierno de Gbagbo, Ahoua Don Mello, ha asegurado a AFP que está en su residencia junto con su familia.

Francia y Naciones Unidas han reiterado sus llamamientos para que Gbagbo deje el poder en manos de Ouattara, a quien reconocen como el vencedor de las elecciones de noviembre pasado, y que ponga fin a la violencia.

Imágenes emitidas en las televisiones han mostrado las consecuencias de una noche de disturbios y pillaje en la capital económica marfileña. La violencia se ha cobrado dos víctimas extranjera: una mujer sueca de 30 años que trabajaba para la misión de Naciones Unidas en el país (Onuci) y un profesor francés, hallado muerto de un disparo en su habitación de hotel en la capital oficial del país, Yamoussokro. Ambos han muerto producto de «balas perdidas», según las autoridades. Unos 500 residentes extranjeros (franceses y libaneses mayoritariamente) se han refugiado en una base militar de Francia.