La Alianza del Atlántico Norte (OTAN) ha bombardeado este jueves el sureste de Trípoli. Una espesa columna de humo se alza desde la capital libia mientras los aviones del organismo sobrevuelan la ciudad, según ha podido comprobar El Mundo.es.

Tres misiles han caído en una base militar a unos kilómetros de la Universidad Al Fatah, en el barrio Ain Zara (sureste de la capital), según algunas fuentes han contado a la edición digital del periódico español. La onda expansiva supuestamente ha afectado a la cafetería de la universidad, que presenta todos los cristales rotos. Hay muchos desperfectos. Un estudiante asegura que en el momento de las explosiones había entre 40 y 45 estudiantes en la cafetería.

La televisión estatal libia, citada por EFE, ha asegurado que «hay víctimas civiles», aunque este extremo no ha podido ser comprobado. Según la cadena libia, que cita fuentes militares, los aviones de la Alianza Atlántica también han bombardeado las ciudades de Kekla y El Aziziya, al sur de la capital

Minutos antes del bombardeo, las baterías antiaéreas libias han disparado desde sus posiciones de Bab al Aziziya. Desde esta mañana, los aparatos de la Alianza Atlántica han incrementado el número de salidas sobre la capital libia y el sobrevuelo de los aviones ha podido escucharse desde la noche y esta mañana.

La capital ha amanecido en una tensa calma inusual en los últimos días. Los funcionarios del Gobierno libio han intensificado este jueves su control a los periodistas y mantienen a la prensa internacional inmovilizada en un hotel, informa El Mundo.es.

La presión militar y política parece elevarse sobre el régimen libio. Este miércoles, en Qatar, los aliados exigieron la salida del líder libio, el coronel Muamar Gadafi. Además, el arresto -también este miércoles- del ex presidente egipcio, Hosni Mubarak, y sus hijos, acrecienta el acoso hacia el dirigente libio, que era aliado de Mubarak.

La OTAN ha constatado oficialmente que está corta de recursos para el aire ante el rumbo que está tomando la campaña libia y que necesita más aviones de ataque a tierra para neutralizar con precisión las tácticas militares del presidente libio Muamar al Gadafi, informa El País Digital.

La petición la ha hecho el almirante James Stavridis, jefe militar supremo de la OTAN, a los ministros de Exteriores aliados y de los otros seis países que participan en la operación.

Los jefes de la diplomacia de 34 países se han dado cita en Berlín para discutir el estado de la situación en Libia y, tras reiterar los conocidos compromisos genéricos en favor de los civiles y en contra del régimen deslegitimizado por la ONU, han acordado «proporcionar los recursos necesarios y la máxima flexibilidad operativa», dentro del mandato de Naciones Unidas. «Seguiremos adaptando nuestras acciones militares para conseguir el máximo efecto en el cumplimiento de nuestro obligación», prometen.