El presidente sirio, Bashar al Asad, anunció ayer por televisión que el estado de emergencia, vigente desde 1963, será abolido en el transcurso de una semana, y expresó su pesar por la muerte de manifestantes en las recientes protestas contra el régimen.

En un discurso transmitido por la televisión estatal, Asad aseguró que «la comisión jurídica sobre el estado de emergencia ha elaborado una serie de proposiciones en vistas a una nueva legislación. Estas propuestas serán sometidas al Gobierno, que promulgará leyes (…) en una semana como máximo», informa AFP.

La ley del estado de emergencia, en vigor desde 1963, reduce sensiblemente las libertades públicas e impone restricciones a la libertad de reunión y de desplazamiento, y permite la detención «de sospechosos o de personas que amenacen la seguridad».
 La abolición de esta norma es una de las principales reivindicaciones de los opositores que reclaman una democratización del régimen.

En su discurso, Asad expresó su pesar por la muerte de manifestantes, unos 200, según estimaciones de Amnistía Internacional, como consecuencia de la represión en las protestas contra su régimen.

«La sangre derramada nos da mucha pena (…). Lamentamos la muerte de todas las personas, civiles o agentes de seguridad, y las consideramos como mártires», dijo el mandatario sirio.