La represión en Siria contra opositores al régimen de Bachar El Asad dejó hoy al menos 50 muertos y decenas de heridos en varias ciudades del país.

«Las manifestaciones se han extendido a la mayoría de las ciudades y las aldeas de Siria», ha explicado a EFE el abogado y activista de derechos humanos Haizam Maleh. El mayor número de víctimas se ha producido en la ciudad de Homs, en el centro del país y en la localidad sureña de Izraa. La cadena catarí Al Yazira eleva la cifra de muertos a un total de 70.

El activista de derechos humanos Haizam Maleh, una de las figuras de la oposición más respetadas del país, dijo telefónicamente a EFE que había recibido informaciones de que en distintos puntos del país habían perecido más de 50 personas.

Las fuerzas de seguridad desplegadas por el régimen del Presidente sirio han disparado a la multitud en un intento por contener a los miles de manifestantes que, una jornada más, han reclamado en la calle reformas y el fin de la dictadura, informa El País Digital.

Distintas informaciones apuntan a que hay más de medio centenar de muertos y decenas de heridos, según varias fuentes de la oposición y organizaciones de derechos humanos.

«Miles de personas han tomado las calles. Yo mismo he ayudado a trasladar a personas con heridas de bala en las piernas», ha explicado a Reuters un testigo de los disturbios en el barrio de Douma, en la periferia de Damasco.

Un vecino de la ciudad de Deraa ha narrado a Al Yazira que las fuerzas de seguridad han impedido que las ambulancias salieran de los hospitales para atender a los heridos.

Movilizaciones

Decenas de miles de personas han secundado el llamamiento de los grupos de oposición y se han echado a la calle al término de los rezos musulmanes en Damasco, Deraa y Homs.

Ya desde la mañana de hoy la capital, Damasco, y otras ciudades del país estaban custodiadas por un impresionante dispositivo de seguridad a cargo de la policía y del Ejército que no se veía en

mucho tiempo en este país.

Los accesos a Damasco estaban cerrados y el transporte a varias áreas de la capital quedó prohibido, según vecinos contactados por EFE y fuentes de la oposición.

Las protestas han servido para medir el impacto real de la decisión del presidente El Asad de suprimir por vía de urgencia el estado de excepción, vigente desde 1963. Un decreto que abolió los poderes excepcionales del Estado y los tribunales políticos pero que parece llegar tarde para los opositores, que interpretan el gesto de apertura como una señal de debilidad del Gobierno, según El País.

 «Continuaremos con las protestas pacíficas. Nos alegramos de la supresión del estado de emergencia. Pero no ha sido levantado. Ha caído… y con la ayuda de Dios lograremos embarcarnos en la libertad», asegura un comentario colgado en la página de uno de los activistas en Facebook.

En Damasco, el Ejército y la Policía han lanzado además gases lacrimógenos para dispersar a la multitud congregada en el histórico distrito de Midan.

«La Policía ha disparado gases lacrimógenos desde las azoteas. Había más de 2.000 manifestantes y ahora cientos de ellos se han reagrupado», asegura un testigo en conversación telefónica con Reuters. «El pueblo quiere derrocar al régimen», ha sido una de las proclamas más coreadas esta mañana en Damasco.

En paralelo a las demostraciones en la calle, los activistas sirios han emitido esta mañana un comunicado conjunto en el que reclaman la abolición del Partido Baath del presidente sirio y el establecimiento de un sistema democrático. Los comités locales de coordinación, que representan a las distintas provincias sirias, han asegurado que «los eslóganes de libertad y dignidad no pueden materializarse si no tiene lugar un cambio pacífico hacia la democracia».

«Todos los presos de conciencia deben ser liberados. El aparato de seguridad tiene que ser desmantelado y sustituido por otro con jurisdicción limitada y que funcione bajo el dictado de la ley», concluye el comunicado.

Preocupación

La Casa Blanca pidió el viernes poner fin a la violencia en Siria, manifestándose «muy preocupada» por la situación en el país.

«Deploramos el uso de la violencia» señaló el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, quien añadió que Estados Unidos controlaba la situación muy de cerca, según AFP.