Icono del sitio La Razón

Un ‘tuitero’ contó todo el asalto, sin saberlo

Sohaib Athar, experto en informática que estaba en la pequeña localidad de Abbottabad en busca de tranquilidad, era un simple usuario de Twitter. Hasta que escuchó el sonido de los helicópteros en plena noche cerca de su casa y se quejó de ello en el sitio de microblogs.

El joven de 33 años relató en directo, sin saberlo, el ataque del comando estadounidense contra el complejo que albergaba al hombre más buscado del mundo, Osama Bin Laden. Ahora es una estrella de la red, y su cuenta Twitter era seguida ayer por unas 90.000 personas.

«Bin Laden está muerto. Yo no lo he matado. Por favor, déjenme dormir ahora», escribió cuando la historia de su twitt se extendió como reguero de pólvora en toda la red.

Todo comenzó con algunas palabras «tuiteadas» en la noche del domingo al lunes, desde su casa de Abbottabad, a una hora de Islamabad: «un helicóptero sobrevuela Abbottabad a la una de la madrugada (es raro)», seguido de un «lárgate, helicóptero, antes de que saque mi matamoscas gigante».

«Una enorme ventana explota cerca de aquí, en el barrio militar de Abbottabad. Espero que no sea el comienzo de algo que va a acabar mal», siguió «tuiteando» con el nombre de «ReallyVirtual». «Todo está en silencio tras la explosión, pero un amigo la escuchó a 6 km. El helicóptero se fue», escribió. «Parece que mi matamoscas gigante ha funcionado», bromea.

Pero rápidamente empieza a tener dudas sobre este asunto: «las personas que están en línea en este momento de la noche me dicen que uno de los helicópteros no era paquistaní». Y se interroga: «ya que los talibanes no tienen probablemente helicópteros y se me dice que no se trata de uno de los nuestros, la situación debe realmente ser complicada».

Un poco más tarde, uno de los lectores de Sohaib Athar vinculó los acontecimientos relatados en el Twitt y el anuncio de una conferencia de prensa excepcional del Presidente de EEUU. «Creo que la caída del helicóptero en Abbottabad en Pakistán y el anuncio de la conferencia de Barack Obama tienen algo que ver», escribió.

El consultor de informática comprende entonces que ha sido el primero en hablar de este acontecimiento planetario. «Osama Bin Laden muerto. El ISI (servicio de Inteligencia paquistaní, ndlr) lo ha confirmado. ¡Oh, oh! ¡Menudo vecindario!».

¿Qué hacer con el cadáver del enemigo?

¿Qué hacer con el enemigo muerto? El problema se ha planteado y resuelto de diferentes maneras desde que Aquiles se cebó con el cuerpo de Héctor, que es muy a menudo la primera reacción natural tras matar al rival.

Probablemente muchos en EEUU hubieran visto bien que Barack Obama enganchara al abatido Bin Laden a un carro y lo arrastrara por, pongamos para hacerlo más homérico y ejemplar, el polvoriento Afganistán. En cambio ese hijo del desierto ha tenido un entierro de marino, qué cosa.

Deshonrar y hasta mutilar al líder enemigo caído, convertir su cráneo en copa, quedarte una mano o el pelo, ha sido habitual en la Historia —sin duda también en la prehistoria—, especialmente si el tipo había sido muy peligroso.

La Biblia, siempre tan edificante, aporta numerosos ejemplos de trato poco amable con los enemigos caídos: se los echaba a los perros, previo corte del prepucio en caso de que no estuvieran circuncidados. David exhibió la cabeza de Goliath y sus armas, y dio su cuerpo a las aves del cielo y los animales de la tierra, que suena poético pero es, hay que convenir, desconsiderado.

El cadáver de un gran enemigo suele seguir siendo peligroso; sus partidarios pueden convertir en santuario su tumba, y no se lo puede matar dos veces. O a veces sí: a Oliver Cromwell se lo desenterró para una ejecución póstuma, el cadáver fue desmembrado y la cabeza empalada, aunque  sugieren que el verdadero cuerpo fue sepultado por partidarios en el Támesis —una tumba húmeda, como la de Osama— para evitar precisamente las vejaciones.

Al cadáver del Che Guevara: enterrado tras su tortura y asesinato (en Vallegrande, Bolivia), se le cercenaron las manos para cotejar sus huellas dactilares (hoy hay medios más sutiles que se habrán empleado con Bin Laden). En 1997, tras revelarse el paradero del cuerpo, fue exhumado y repatriado a Cuba.

Bolivia aboga por la soberanía

El Gobierno boliviano expresó ayer en un comunicado su «preocupación» por la operación militar realizada por EEUU en Pakistán que mató a Osama Bin Laden y manifestó su rechazo a toda acción que signifique la vulneración de la soberanía de los países.

La Cancillería «expresa su preocupación por los métodos y formas empleadas en dicha acción, las mismas que, siendo derivadas de la lucha contra el terrorismo, debieron estar enmarcadas en el respeto a la soberanía e integridad territorial del Estado (Pakistán) en que ocurrieron los sucesos».

«Cualquier acto de violencia y terrorismo contra la humanidad debe ser juzgado en el marco previsto por las leyes internas de cada Estado, así como por las instancias que prevé el derecho internacional y los derechos humanos, bajo competencia de los tribunales correspondientes», señaló el Gobierno nacional.

EEUU luchará para evitar  que se financie a Al Qaeda
La lucha contra el financiamiento de Al Qaeda y sus filiales no ha terminado pese a la muerte de su líder. «La muerte de Bin Laden marca evidentemente una etapa de gran importancia (…) Esto hizo desaparecer a una persona que era un símbolo útil para conseguir fondos», dijo David Cohen, subsecretario interino del Tesoro. AFP

Comunidad internacional teme represalia terrorista
La comunidad internacional declaró estado de alerta por temor a represalias de células de Al Qaeda luego de la muerte en Pakistán de Bin Laden. EEUU reforzó la seguridad de sus embajadas, al igual que España. En Gran Bretaña, cinco sospechosos fueron detenidos cerca de un complejo nuclear, informaron agencias internacionales.