Las semillas germinadas que dieron positivo a la presencia de la cepa 0104 de la E.coli fueron halladas en la región de Bonn, oeste del país, en la basura de una familia, dos de cuyos miembros enfermaron tras ingerir esos vegetales.

Los brotes vegetales encontrados en la región de Bonn proceden de una granja de cultivo biológico de la localidad de Bienenbüttel, en el distrito de Uelzen y el estado de la Baja Sajonia, en la que varias de sus empleadas contrajeron la enfermedad hace varias semanas y que suministró sus productos a varios restaurantes entre cuyos clientes se registró un elevado número de enfermos.

Las autoridades sanitarias alemanas levantaron la alerta sobre pepinos, lechugas y tomates crudos, pero mantuvieron la recomendación de no consumir semillas germinadas por considerarse que son el origen de la infección.

La cifra de muertos en Alemania ascendió a 32 tras fallecer ayer tres personas más en los estados de Baja Sajonia, Schleswig Holstein y Hamburgo, además de otro caso mortal registrado en Suecia.

Las sospechas sobre tomates, pepinos y lechugas desaparecieron ayer al informar los expertos del Instituto Robert Koch de que, con toda probabilidad, el foco de la infección son las semillas germinadas.

La crisis dejó pérdidas en países europeos 

La alerta sanitaria lanzada el 25 de mayo costó cientos de millones de euros a los agricultores europeos, cuyas mercancías dejaron de ser compradas, sobre todo las procedentes de España, dado que Alemania apuntó inicialmente a los pepinos españoles, sin razón, como el origen.

Solo para los españoles, las pérdidas se evalúan en 200 millones de euros por semana. España, principal exportador de frutas y verduras de la UE, vende 25% de su producción en Alemania.

En Alemania, el perjuicio para los agricultores es evaluado en 60 millones de euros.  La Unión Europea propuso una ayuda de 210 millones de euros para a los agricultores afectados y negocia con Rusia levantar el veto a las verduras.