La ONU alertó ayer de que lo peor de la crisis humanitaria originada por la hambruna en Somalia está por llegar y solicitó a la comunidad internacional un mayor compromiso para aliviar la situación de millones de personas.

«Todavía no hemos visto lo peor de la crisis. Prevemos un mayor deterioro por los altos niveles de malnutrición aguda y mortandad, así como por el aumento de los precios del cereal y una temporada de cosecha de escasa lluvia», dijo la subsecretaria de la Oficina para Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), Catherine Bragg.

La diplomática nacida en Hong Kong compareció ante el Consejo de Seguridad de la ONU para informar de la situación en Somalia, donde ya son cinco las zonas en las que el organismo internacional ha declarado la hambruna y donde hay 3,2 millones de personas que necesitan «ayuda inmediata para salvar la vida».

«La magnitud de la crisis es hoy todavía mayor que hace una semana», aseguró Bragg.

La subsecretaria general adjunta de la OCHA exhortó a la comunidad internacional a seguir adelante con sus contribuciones para asistir a la población afectada por el hambre y la sequía en Somalia y recordó que son necesarios 1.300 millones de dólares para salvar las vidas que corren peligro.

Bregg señaló que «las intervenciones sanitarias son tan importantes como garantizar las provisiones de alimentos» y aseguró que se debe ayudar al país ahora y en meses venideros.