Los dos hijos fueron apresados en una zona turística al oeste de la capital. «Seif al Islam y Saadi están en nuestras manos», aseguró Aboubakr Traboulsi, uno de los portavoces de la facción rebelde Alianza del 17 de Febrero a la cadena qatarí Al Jazeera, y añadió que una tercera persona, el presentador de la televisión oficial, Hamma Thouhami, fue igualmente capturado. Fadhia es madre de Mohamed Gadafi, hijo mayor del líder libio, que también fue detenido por las fuerzas opositoras.

Por otro lado, el mismo medio sostiene que la brigada encargada de la protección personal de Gadafi ha depuesto sus armas y se ha colocado al lado del ejército rebelde; aunque todavía existen focos de resistencia. Los opositores informaron que miembrosde las fuerzas leales a Gadafi están huyendo de Trípoli.

Los insurgentes anunciaron también, a primera hora de la tarde de ayer, su llegada a la Plaza Verde, en el corazón de Trípoli, cerca de los cuarteles del coronel Muamar Gadafi. Esta plaza constituye uno de los símbolos del régimen libio y, desde el principio de la rebelión, las cadenas de televisión oficiales no han cesado de difundir imágenes en directo desde este lugar, mostrando las reagrupaciones de los partidarios de Gadafi, ahora en retirada, de acuerdo con la versión de las fuerzas rebeldes. La cadena qatarí afirmó que los habitantes de la periferia de esta plaza han acogido a los rebeldes con gran alegría.

Muertes

El portavoz del Gobierno libio, Moussa Ibrahim, anunció que al menos 1.667 personas han muerto desde el comienzo de la ofensiva de los rebeldes sobre Trípoli. En una conferencia de prensa desde la capital libia, difundida en directo por Al Jazeera, Moussa afirmó, antes de lanzar un último llamamiento al diálogo, que la situación es «dramática» y que los hospitales están desbordados.

Los rebeldes controlan varios barrios de la capital donde se registraban violentos enfrentamientos. Las últimas informaciones de la oposición hablan de un rápido avance, apoyado por bombardeos de la OTAN y de los rebeldes sobre la capital, en la que se han abierto prisiones para liberar a presos políticos para que éstos se unan a la batalla.

El líder libio, Muamar Gadafi, pidió a todos sus partidarios, en un discurso a la nación, que «se unan a la batalla para impedir que el enemigo se haga con Trípoli». En su segunda alocución, Gadafi ordenó que se abran los depósitos de armas y arsenales de la capital a los ciudadanos, para que éstos «defiendan la ciudad».

La alocución del líder libio se produjo después de que las fuerzas de la OTAN bombardearan su cuartel general en Bab el Aziziya, en Trípoli, y el aeropuerto de Maitika.

En la noche del domingo, Gadafi se pronunció por tercera vez en menos de 24 horas, haciendo un llamado a sus seguidores para que tomen las armas y defiendan Trípoli de «los nuevos colonialistas» (en alusión a los rebeldes y la OTAN.); advirtiendo a sus compatriotas que «si no se defienden, acabarán por convertirse en esclavos», dijo en un mensaje sonoro difundido a través de la televisión estatal.

Por su parte, las fuerzas rebeldes, que ya tomaron la ciudad, esperan que la caída del régimen se produzca «en las próximas horas».

Reino Unido

Muamar Gadafi «ha cometido delitos terribles contra la población de Libia y debe irse», afirmó el gobierno británico a través de un comunicado hecho público por el portavoz del primer ministro David Cameron. «Por las escenas que estamos contemplando en Trípoli, parece claro que está cerca el fin de Gadafi», señaló el manifiesto oficial desde Downing Street en Londres.