«Haremos todo para que las relaciones entre los dos países vuelvan a lo normal», aseguró Gilan Erdan, el ministro de Medio Ambiente, un allegado al jefe del gobierno de Benjamin Netanyahu, luego que la Embajada de Israel fuera atacada en El Cairo, dejando tres muertos.

El jefe de la diplomacia Avigdor Lieberman, que en el pasado había formulado declaraciones marcadamente hostiles a Egipto, se limitó a afirmar que «ahora los egipcios tienen la palabra».

«En cuanto tengamos la garantía de las autoridades egipcias de que ninguna amenaza pesa sobre nuestros diplomáticos, éstos retomarán sus cargos», precisó Lieberman al referirse al retorno precipitado del embajador israelí Yitzhak Levanon a su país para preservar su integridad física y las de otros 80 diplomáticos.

Las tres personas que fallecieron en los disturbios de este fin de semana ante la Embajada israelí en El Cairo murieron a causa de disparos, según estudios forenses, si bien en un inicio se informó de que una sufrió ataque cardiaco.

Una fuente del servicio egipcio de Medicina Forense aseguró a la agencia oficial de noticias MENA que se encontró una bala en una de las víctimas, mientras que en los otros dos casos los proyectiles atravesaron los cuerpos.