Sambódromo de Río, camping de activistas
Una cumbre no oficial alterna se reúne a la par de la conferencia Río+20
Las verdaderas plumas coloridas de indígenas de la Amazonía reemplazaron a las falsas del Carnaval en el Sambódromo de Río, transformado en hotel improvisado para activistas e indígenas que participan en la Cumbre de los Pueblos al margen de la conferencia Río+20.
Habitualmente invadido por lujosos carros alegóricos y miles de bailarines de los desfiles de las escuelas de samba, la larga pista bordeada de gradas del sambódromo, construido por el centenario arquitecto Oscar Niemeyer, estaba prácticamente vacía el sábado.
Pero bajo las gradas se vislumbran las tiendas de campaña, mientras los camarotes normalmente reservados a los artistas y al jet set fueron transformados en dormitorios comunitarios. “No se puede entrar, esto ahora es propiedad privada”, declaró a la AFP Edson Souza, un voluntario que dijo “recibir órdenes de los organizadores”.
Según Souza, 2.600 indígenas y militantes de movimientos sociales como Vía Campesina o el movimiento de reciclaje de basura ya están en el Sambódromo de Río, donde se prevé que duerman 10 mil personas durante los diez días de la conferencia.
Esta contra cumbre busca encontrar soluciones alternativas a la “economía verde” defendida por la conferencia oficial que reunirá a unos 130 jefes de Estado y de Gobierno del 20 al 22 de junio en Río, y que es sólo un término “engañoso para designar una nueva etapa de acumulación capitalista”, según los activistas.