El gigantesco incendio que ha causado enormes daños materiales en el noreste de España, cerca de la frontera francesa, y que causó la muerte de cuatro personas, tres de ellas francesas, seguía activo el martes de mañana, dijo a la AFP una portavoz de los bomberos de Cataluña.

   «El fuego sigue activo», afirmó. Los hidroaviones tuvieron que aterrizar el lunes al anochecer debido al viento, pero la tramontana «disminuyó durante la noche y se prevé que se unirán a los medios aéreos durante la mañana», agregó esta fuente.

   El humo se veía desde la ciudad de Barcelona, que se encuentra a más de 150 km al sur de la frontera, donde se sentía olor a quemado.

   Sin embargo, las llamas no progresan casi desde el lunes al anochecer, después de haber destruido desde el domingo más de 13.800 hectáreas de vegetación.

   La autopista que une a Francia y España, entre Perpiñán y Figueras, fue abierta nuevamente en los dos sentidos, luego de haber sido cerrada en dos oportunidades desde el domingo. La línea de TGV (tren de gran velocidad) entre Perpiñán y Barcelona también fue restablecida.

   Miles de habitantes recibieron la consigna de permanecer en sus hogares, del lado español, en 17 aldeas, y los que escaparon fueron recibidos en albergues, sobre todo en Figueras, a unos 20 km al sur de La Junquera.

   En cambio, el siniestro fue controlado en el sector de Port Bou, una localidad del lado español, sobre la costa mediterránea.

   Fue allí que dos franceses –un padre y su hija de 15 años– murieron al saltar al mar para escapar a las llamas.

   Otro francés, de 64 años, falleció el lunes debido a gravísimas quemaduras, y un español de 75 años murió el domingo en la aldea de Llers, cerca de La Junquera, de una crisis cardíaca después de ver a su casa rodeada por las llamas.