El presidente de EEUU, Barack Obama, aprendió la lección de Denver y fue mucho más enérgico y agresivo ante el republicano Mitt Romney en un segundo debate entre ambos lleno de momentos tensos en los que se abordó la economía y migración.

Las primeras encuestas sobre el debate televisado dan como ganador a Obama, pero no por mucho margen sobre Romney, quien no se dejó avasallar, y asestó también duros ataques al Presidente y candidato a la reelección.

En el debate participaron 80 votantes indecisos de los que sólo 11 pudieron formular una pregunta y los candidatos se levantaron constantemente de sus butacas para defender sus posiciones, gesticular e interrumpir al rival.

Romney “no tiene un plan de cinco puntos, sino de uno solo” que es “asegurarse de que los más ricos juegan con diferentes reglas”, dijo Obama al inicio del cara a cara con una actitud desafiante que mantuvo hasta el final.

En los primeros compases del duelo el presidente repitió varias veces la frase: “No es verdad” cuando Romney manifestó que la producción petrolera ha caído durante su gobierno y lo acusó de ser responsable de la subida del precio de la gasolina.

Asimismo, durante la discusión sobre la política energética el debate se calentó, ambos candidatos se pusieron de pie y se interrumpieron mutuamente. Romney replicó que, con su historial, el Mandatario no puede presentarse como “el señor del gas, del petróleo y del carbón”, y prometió que él llevará a EEUU a la independencia energética “en ocho años”.