La Declaración de Cádiz, que fue aprobada ayer por los mandatarios iberoamericanos al término de la XXII Cumbre Iberoamericana, respalda la promoción de políticas de crecimiento que faciliten la creación de empleo, la potenciación de los mercados regionales y la proyección de las pymes.

Con un marcado carácter económico, el documento gira en torno a seis ejes fundamentales: el desarrollo económico al servicio de los ciudadanos; el desarrollo de infraestructuras en transporte, telecomunicaciones, energía y el uso sostenible del agua.

Asimismo se contempla, la promoción de las micro, pequeñas y medianas empresas para incrementar la productividad y la competitividad, además del estímulo a los procesos de innovación; el fortalecimiento de las instituciones; la educación y el impulso al espacio cultural iberoamericano y su potenciación como factores de inclusión social y de crecimiento económico; el impulso a la “creación de trabajo decente”.

Para facilitar estos objetivos, la declaración propone “promover políticas de crecimiento incluyente, con equidad y basado en el trabajo decente”, además de políticas de desarrollo sostenible y medioambientales; impulsar el comercio con un acuerdo “ambicioso, integral y equilibrado de las negociaciones de la ronda de Doha de la OMC”; e impulsar políticas que favorezcan su vertiente internacional, con acuerdos comerciales “orientados a evitar el proteccionismo y a reducir medidas que distorsionan y obstaculizan el comercio”.

Respalda asimismo potenciar los mercados regionales para promover la integración económica, y políticas contracíclicas, entre otros.