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Gaza vuelve a vivir y celebra, unida, su «victoria» sobre Israel

Gaza celebró hoy unida lo que considera una «victoria» sobre Israel y empezó a volver a la normalidad en el primer día de tregua tras ocho días de bombardeos que han dejado 164 muertos, unos 1.300 heridos y cuantiosos daños materiales.

Las tiendas abrieron sus puertas esta mañana, los tenderos instalaron sus mercadillos y los niños volvieron a hacer de las calles su territorio de juegos, mientras los barcos de pescadores salían a faenar por primera vez desde que empezó, el pasado día 15, la brutal ofensiva israelí contra la franja.

El caótico tráfico volvió a taponar las principales vías de la franja, pero los conductores no se enfadaban y gritaban como habitualmente: hoy es para todos un día de fiesta.

Y, también, un día de hermandad, en el que todos se sienten parte de un mismo éxito: el que consideran «triunfo» de Gaza sobre Israel.

A mediodía se concentraron en la avenida de Omar Al Mujtar miles de personas en un mar de banderas de distintos colores, una vista nada habitual en Gaza, donde lo común es que solo se vean las banderas verdes de Hamás o las negras de la Yihad Islámica.

Hoy, miles de seguidores del movimiento nacionalista palestino Al Fatah se atrevieron, por primera vez en años, a salir a las calles de Gaza flameando ostensiblemente sus insignias amarillas.

Uno de los líderes de Fatah, el negociador jefe palestino Nabil Shaat, recibía ovaciones y gritos de entusiasmo en el balcón del edificio del Parlamento, junto al primer ministro de Hamás, Ismail Haniye, y los más destacados líderes del movimiento islamista.

Muchos ven en el acuerdo de tregua con Israel y en estos gestos de las dos facciones palestinas, duramente enfrentadas desde que Hamás tomó en 2007 el control de Gaza, la apertura de una posibilidad real para la reconciliación y la vuelta a la unidad.

«Hemos ganado y habrá unidad. Hoy nuestra gente sale a saludar y a felicitar a nuestros líderes, que nos han hecho ganar esta batalla. Y a los mártires, que derramaron su sangre por esta victoria», declara a Efe Jalil Il Haya.

Los altavoces de las mezquitas cantaban eslóganes nacionalistas y de triunfo y desde los instalados en el edificio del Parlamento se oían discursos de los dirigentes de las distintas milicias que felicitan a su pueblo.

«Hoy nuestro pueblo ha ganado. Nuestros luchadores han ganado de nuevo al enemigo, Israel. Vergüenza para Israel. Hoy hemos ganado en Gaza y mañana ganaremos en Jerusalén y en toda nuestra tierra», afirmaba, con gran entusiasmo, un miembro de Hamás, entre los aplausos del público.
«Fatah, Hamás y la Yihad (Islámica) somos solo uno», gritaba.

Mientras proseguía la fiesta política, protagonizada fundamentalmente por varones, la vida volvía poco a poco a la rutina diaria.

Los comerciantes barrían las calles frente a sus tiendas, funcionarios municipales limpiaban aceras y parterres y excavadoras retiraban escombros de los edificios bombardeados.

Las mujeres compraban comida y ropa y solucionaban los problemas domésticos que no habían podido atender en ocho días de encierro.
«Han sido unos días muy duros en nuestra casa. Muy difícil.

Teníamos mucho miedo. Todo el tiempo nos asustaban los bombardeos, y teníamos que correr a meternos debajo de las sillas y las mesas», explica a Efe Fátima Abu Hamde, que regresa de llevar al hospital a su hija, que se rompió un dedo de un pie al caerse debido al pánico que le produjo una explosión.

Naser Ganim, propietario de una tienda de artículos eléctricos situada frente al complejo militar de Al Saraya, bombardeado y que quedó totalmente destrozado hace unos días, asegura que la última semana «ha sido terrible», que su mayor temor eran sus ocho hijos y que «lo peor de todo era ver las fotos de los niños muertos».

«Esta es una gran victoria para Palestina. Todavía somos fuertes», dice a Efe Samah Ganem, madre de cuatro hijos, que reconoce haberlo «pasado muy mal», porque han sido ocho días «de tensión, en los que no podíamos dormir, ni comprar comida, ni descansar ni hacer nada».

La población de la franja está hoy convencida de que esta tregua durará, que llevará al levantamiento de las restricciones de acceso a su territorio y que los palestinos, por fin, volverán a tener pronto un gobierno de unidad.