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Brasil arresta presuntos responsables de tragedia en disco y entierra a los muertos

Brasil arrestó a cuatro presuntos responsables del fatal incendio que dejó 231 muertos en una discoteca en el sur del país repleta de jóvenes universitarios, y comenzó a enterrar a las víctimas tras un velorio colectivo.

La policía anunció el arresto temporario de los dos dueños de la discoteca Kiss de Santa María, y de un músico y de otro integrante de la banda musical que lanzó fuegos de artificio en el escenario, y que según bomberos y sobrevivientes fue lo que provocó el incendio.

Varios sobrevivientes han denunciado que agentes de seguridad bloquearon su salida cuando empezó el incendio para que pagaran su entrada y que al menos un extintor de fuego no funcionaba. La discoteca tenía vencido el permiso para operar desde agosto y carecía de salidas de emergencia, según la policía.

Brasil decretó un duelo nacional de tres días, anuló la ceremonia de cuenta regresiva de los 500 días para el Mundial-2014, que comienza este lunes, y comenzó a enterrar a los muertos en los cementerios de Santa María, la ciudad universitaria del estado de Rio Grande do Sul donde ocurrió la tragedia.

El incendio dejó también 116 heridos, más de 80 de ellos graves.

«Nada que ver»

Pese a la tragedia, el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, afirmó que la seguridad de la mayor fiesta del fútbol mundial, que se celebrará en Brasil el año próximo, está garantizada.

«Nuestros pensamientos están con las familias de las víctimas de esta tragedia. No obstante, no tiene nada que ver con la seguridad en los estadios durante la Copa de Confederaciones de la FIFA y la Copa del Mundo», dijo Valcke a periodistas en Brasilia.

«No dudamos de que Rio 2016 sabrá brindar un entorno seguro a los aficionados, atletas y personas que trabajen en los Juegos», declaró el Comité Olímpico Internacional (COI) en un comunicado enviado a la AFP en Lausana, Suiza.

Brasil, anfitrión del Mundial-2014, los Juegos Olímpicos de 2016, se halla bajo la lupa del mundo y debe demostrar que es capaz de garantizar la seguridad de miles de personas más allá de los estadios, por ejemplo en lugares de diversión pública, estiman expertos.

«Una película de terror»

El incendio se inició en la madrugada del domingo, posiblemente tras un fuego artificial lanzado por un integrante de la banda de música «country» brasileña «Gurizada Fandangueira» que tocaba en el local, según la policía y los bomberos.

En medio de una nube negra de humo tóxico, el pánico se apoderó de cientos de personas que se pisotearon unas a otras.

Unas 180 personas murieron en los baños, asfixiadas en medio de un tumulto provocado por el pánico, buscando infructuosamente la puerta de salida, dijo el capitán de la policía militar Edi Paulo Garcia.

Fue «una película de terror», dijo a la AFP Kelly Rebello da Silva, una estudiante de química de 21 años que consiguió escapar.

La policía detuvo este lunes al vocalista y a otro miembro de la banda, así como a uno de los dueños de la discoteca Kiss, identificado por la prensa como Elissandro Sphor, informó la policía Michele Vimmermann.

El segundo dueño de la discoteca desaparecido desde el domingo se entregó y fue detenido, dijo a la AFP Jairo Medeiros, de la policía civil de Santa María.

En declaraciones a la policía, Sphor admitió que el permiso de la discoteca para operar estaba vencido, y dijo que ya había pedido la renovación, indicó el sitio G1 de Globo. También culpó «Gurizada Fandangueira» por el fuego, según el comisario Sandro Meinerz, citado por G1.

Sphor negó que hubiera ordenado a los agentes de seguridad bloquear la salida y haber retirado del local el computador que almacenaba imágenes grabadas por las cámaras de seguridad, y que según el comisario Meinerz desapareció.

«Coraje»

«Queremos justicia. No tenemos la culpa de nada. No queríamos perder a un compañero», dijo a G1 el integrante de la banda Rodrigo Lemos Martins, en referencia a la muerte de un acordeonista en la tragedia.

En uno de los cementerios de Santa María, la joven Juliana llora desconsolada la muerte de su hermano Heitor Oliveira.

«¿Por qué, por qué?», se pregunta. «Calma, Juliana. Él se tiene que ir, tenemos que enterrarlo, hija, él ya cumplió su parte y ahora nos toca a nosotros cumplir nuestra misión», dice su madre, visiblemente extenuada. «Coraje, coraje», añade.

El papa Benedicto XVI se declaró este lunes «consternado» por el trágico incendio, dijo compartir «el dolor» de todos los afectados y que ora y pide consuelo para los heridos.