«Ya no soy Papa», dijo el pontífice antes de rectificar, «ya no seré Papa, sino un peregrino», ante la muchedumbre que lo despedía entusiasta en Castel Gandolfo, en su último día como pontífice.

«Ya no seré Papa sino un simple peregrino que se encamina para su última etapa como peregrino en la tierra», afirmó desde  el balcón del la residencia papal donde residirá los próximos dos meses antes de retirarse en un monasterio del Vaticano.

«Gracias, gracias de corazón», dijo el Papa.

«Quisiera trabajar aún con todo mi corazón, con mi amor,  oración y reflexión por el bien de la Iglesia y por el bien de la humanidad», agregó, al tiempo que los fieles clamaban: «Viva el Papa», «Viva el Papa» y lo aplaudían.