Con llantos y lamentos desgarradores, miles de simpatizantes del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez acompañaron este miércoles el cortejo fúnebre de su líder hacia la Academia Militar. «Se queda latiendo en nuestro corazones» dijo Alexandra Rivas en medio de la multitud.

«íHasta la victoria siempre comandante, te amamos!», gritaba con desespero y con dos lágrimas inmensas que le caían por las mejillas Héctor Carrasquel, de 40 años y que vino desde Tejerías, en el estado Aragua (norte), para despedir a Chávez.

«íViva mi comandante, te amamos Chávez!», agregó el hombre mientras trataba de acercarse a la seguridad que protegía el féretro, cubierto con una bandera de Venezuela y adornado con flores blancas y amarillas.

Miles de seguidores del mandatario se abrazaban y lloraban entre gritos de lamento, destrozados al ver el ataúd, que también iba rodeado de familiares y ministros, mientras avanzaba lentamente desde el hospital militar de Caracas, donde Chávez falleció el martes víctima de un cáncer, hasta la Academia Militar, donde será velado hasta el viernes.

Bajo un sol abrasador los chavistas iban caminando, en autos y motocicletas, que a lo largo de la marcha pasaban frente a edificios con decenas de personas en sus balcones y techos presenciando el cortejo con banderas y camisetas rojas, color del oficialismo.

A una cuadra del hospital militar, adonde Chávez llegó el 18 de febrero tras estar hospitalizado más de dos meses en Cuba tras su cuarta cirugía contra el cáncer, algunos chavistas pusieron música típica de los llanos venezolanos, recordando que al fallecido presidente le gustaba cantar.

«Cómo lloró mi comandante la última vez que cantó», dijo una mujer.

Entre la multitud, un grupo de madres pobres que se beneficiaron de programas sociales impulsados por Chávez portaban claveles rojos, como símbolo de que el legado del gobernante se quedará en sus corazones, dijeron.

«La flor roja es más que el color de la revolución, es el color de nuestra sangre, de nuestro corazón y ahí se nos metió el presidente y ahí se queda latiendo con el corazón de los pobres», dijo Rivas, que se benefició del programa «Madres del Barrio» para asignar bonos y dar formación técnica a amas de casa pobres.

«Ahora que Chávez no está aquí, quedamos sus mujeres, esto no es la revolución con Chávez, esta es la revolución de Chávez y sus mujeres haremos que siga», agregó Rivas, junto a decenas de mujeres que llevaban una corona fúnebre con flores del tricolor venezolano.