Los servicios de rescate encontraron este jueves a 24 supervivientes entre los escombros del edificio derrumbado el miércoles en Bangladesh, mientras el balance de muertos subía a 250 y los heridos a un millar, en medio de una fuerte polémica sobre las condiciones de trabajo en las industrias textiles que abastecen a Occidente.

Veinticuatro supervivientes fueron rescatados este jueves, mientras que 250 cuerpos fueron sacados de entre los escombros.

El edificio de ocho plantas, Rana Plaza, situado en Savar, en la periferia de la capital, Dacca, albergaba cinco talleres de confección que tenían relación con la marca española Mango y con la británica Primark.

Los gritos que se escuchan entre los escombros hacen saber que más supervivientes siguen esperando ayuda, pero el goteo constante de cuerpos casi duplicó el balance de fallecidos este jueves, mientras que cientos de personas continúan en paradero desconocido.

En el lugar del desastre, miles de familiares desesperados se congregaron para obtener noticias, enseñando fotografías y a la espera de ver a sus seres queridos rescatados por los bomberos y los soldados.

Veinticuatro supervivientes fueron descubiertos en una sala bajo los escombros, anunció a la AFP un portavoz del ejército, el coronel Ibne Faza Shaikuzaman, reduciendo una cifra anterior que informaba de 40 rescatados.

«El balance de muertos es ahora de 250», dijo a la AFP Moshiudowla Reza, oficial de policía del distrito de Dacca, y añadió que recuperaron más cuerpos, la mayoría de los cuales eran trabajadoras textiles.

El balance anterior era de 230 muertos.

El hundimiento de este edificio es el peor accidente industrial en la historia del país y es el último de una lista de tragedias del sector textil en Bangladesh.

El accidente generó críticas hacia las marcas occidentales a las que los activistas acusan de anteponer su beneficio a la seguridad para abastecerse de productos desde el país, a pesar de su terrible historial de catástrofes mortales.

Decenas de miles de obreros salieron de sus fábricas este jueves en solidaridad con sus colegas muertos, las banderas ondearon a media asta y se decretó un día nacional de luto.

Algunos de los obreros que trabajaban en los talleres de confección se habían quejado públicamente el martes por la noche de la existencia de fisuras, pero sus responsables ignoraron las advertencias y les dijeron que acudieran a sus puestos de trabajo al día siguiente.

Unas mil personas fueron internadas en el hospital, según Hiralal Roy, médico del hospital Enam cercano al lugar de los hechos.

Este drama vuelve a poner de manifiesto la polémica sobre las condiciones de seguridad y laborales en el sector textil de Bangladesh, el segundo más importante del mundo después de China, que abastece a numerosas marcas occidentales que ofrecen ropa a bajo coste.

En noviembre de 2012, un incendio en una fábrica textil causó 111 muertos en los suburbios de Dacca.

La marca española de ropa Mango admitió haber realizado un pedido de 25.000 artículos a uno de los talleres de confección situado en el edificio siniestrado, aunque precisó que se trataba «sólo» de muestras.

La portavoz del grupo Marta Soler Morera dijo que los pedidos, de los que al menos cuatro se hicieron en enero y marzo, «sólo eran muestras», en un mensaje electrónico dirigido a la AFP.

La cadena británica de ropa de bajo precio Primark ha reconocido que uno de sus proveedores estaba en el Rana Plaza. «El grupo está impactado y profundamente entristecido por este accidente espantoso en Savar y expresa sus condolencias a todas las personas afectadas», según un comunicado.

El francés Carrefour aseguró que ninguna de las empresas que lo abastecen estaban en ese edificio, pese a que se han encontrado etiquetas de una marca que comercializa.

El estadounidense Walmart dijo que está investigando las acusaciones de que en el edificio había proveedores suyos.

La Federación de Trabajadores del Textil proporcionó documentos sobre pedidos realizados por Benetton a un taller de confección, New Wave Style, pero la marca italiana afirmó que «las personas implicadas en el hundimiento del taller en Bangladesh no eran proveedores de Benetton».

El grupo de defensa de los trabajadores del textil, Clean Clothes Campaign, con sede en Amsterdam, aseguró por su parte que se han encontrado etiquetas de la marca europea C&A. El grupo dijo a la AFP que desde octubre de 2011 no ha vuelto a tener contacto con el fabricante.

Según Tessel Pauli, una portavoz de Clean Clothes Campaign, este accidente es «sintomático» de los problemas en este sector en Bangladesh.

Un responsable de la policía, Monir Hosain, precisó que se inició una investigación sobre el propietario del edificio, un miembro del partido en el poder, por violación de las leyes de construcción.

La primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, prometió este miércoles que el propietario del edificio, que se encuentra huido, será perseguido y castigado.

«Aquellos que estén implicados, especialmente el propietario que obligó a los obreros a trabajar ahí serán castigados», declaró ante el parlamento. «Esté donde esté, le encontraremos y le llevaremos ante la justicia», dijo.

Mustafizur Rahman, el responsable de una unidad de la policía encargada del sector industrial, afirmó que los propietarios de los talleres situados en el edificio ignoraron una petición de cierre realizada por las autoridades y desaparecieron desde el accidente.