El balance del derrumbe en Bangladesh de un inmueble donde funcionaban talleres de la industria textil superó el viernes los 500 muertos, un accidente que ilustra las condiciones de trabajo de los obreros, del cual son en parte responsables las marcas occidentales, acusó la primera ministra.

Un importante investigador que está indagando las causas de la catástrofe en este edificio ocupado por talleres textiles en Bangladesh que se desplomó, dijo el viernes que cuatro enormes grupos electrógenos colocados en los pisos superiores provocaron el derrumbe del edificio.

«Cuatro gigantescos generadores fueron instalados en cada uno de los pisos superiores donde estaban las fábricas de ropa, violando las reglas»,  declaró a la AFP Main Uddin Khandaker, un alto jerarca del ministerio del Interior que dirige un equipo de investigación.

«Cuando estos generadores fueron encendidos después de un corte de energía eléctrica crearon una vibración, y junto con la vibración de miles de máquinas de coser, desencadenaron el derrumbe», afirmó.

Un ingeniero que había señalado la fragilidad del edificio antes de que se derrumbara como un castillo de naipes, el 24 de abril, era interrogado por la policía. A medida que progresaba el trabajo de las topadoras para sacar los escombros aumentaba considerablemente el número de cadáveres que se encontraban aplastados bajo toneladas de hormigón.

Según el teniente Mir Rabbi, un responsable de la sala de control del ejército encargado de supervisar las operaciones de socorro, «el balance es ahora de 511 muertos». El jueves al anochecer era de 441.

Los socorristas temen que todavía haya decenas de cadáveres bajo las ruinas del Rana Plaza, un inmueble de ocho pisos que se desplomó en Savar, una ciudad situada a unos 30 km al noroeste de Dacca, la capital.

Unos 3.000 obreros de la industria textil trabajaban allí para cinco talleres de confección diferentes. Según las autoridades, 2.437 personas pudieron ser salvadas.

El español Mango, la cadena de ropa barata británica Primark y la marca italiana Benetton figuran entre las marcas occidentales que confirmaron que algunos productos eran fabricados en el Rana Plaza, donde el salario mensual no superaba los 30 euros (unos 39 dólares).

Este trágico accidente es el último de una larga serie que afectó a esta industria que genera 15.000 millones de euros anuales. En noviembre pasado, un incendio en una fábrica textil cerca de Dacca había dejado 111 muertos.

Según los testigos, el accidente del 24 de abril no hubiera tenido lugar si los responsables de los talleres de confección hubiesen escuchado a los obreros que les dijeron la víspera que habían grietas en las paredes. Al contrario, les pidieron que volviesen a trabajar como de costumbre.

En una entrevista otorgada a la cadena de televisión estadounidense CNN, la primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, defendió el nivel de seguridad de la industria textil, destacando que la reciente explosión en una planta de fertilizantes en West, una pequeña localidad de Texas (sur de Estados Unidos), que dejó 14 muertos, mostraba que ningún país estaba a salvo.

Algunas marcas occidentales de vestimenta indicaron que estaban reflexionando sobre su futura presencia en Bangladesh después del accidente del Rana Plaza. Disney ya anunció que se retiraba del país.

La primera ministra insistió en que «Bangladesh es ahora un lugar donde las inversiones pueden hacerse en buenas condiciones».

Pero también sugirió que los grupos occidentales atraídos a Bangladesh por la mano de obra barata podrían aumentar los salarios, acusándolos indirectamente de tener una responsabilidad en esta tragedia.