La aviación militar israelí realizó un ataque en territorio sirio, según fuentes coincidentes, al tiempo que fuentes opositoras anunciaron la huida de centenas de familias de barrios sunitas de Banias, en el noroeste de Siria, por temor a una «masacre».
En Líbano, una fuente diplomática afirmó a la AFP que el bombardeo israelí destruyó misiles tierra-aire recientemente entregados por Rusia, que se hallaban en el aeropuerto de Damasco.
No obstante, una fuente militar siria desmintió que el ataque israelí ocurriera y los servicios del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, interrogados por la AFP, no confirmaron la información.
El viernes, diversas fuentes en Estados Unidos afirmaron que la fuerza aérea israelí lanzó un ataque el jueves o viernes en Siria, posiblemente para interceptar armamento destinado al movimiento chiita Hezbolá, que tiene base en Líbano.
“Israel bombardeó Siria”, declaró el senador republicano Lindsey Graham, según el sitio web de informaciones Político.
Israel ha alertado que no permitirá que Siria transfiera armas a Hezbolá, y las autoridades admitieron a medias la responsabilidad por una operación aérea en enero contra instalaciones militares en el país vecino.
El Ejército israelí se negó a comentar información sobre el bombardeo de esta semana en Siria. Un alto funcionario del Ministerio de Defensa declaró a la AFP que «Israel supervisaba la situación en Siria y Líbano, en particular en lo que respecta a la transferencia de armas químicas y armas especiales».