El fiscal estadounidense Timothy McGinty afirmó el jueves que podría pedir la pena de muerte contra Ariel Castro por interrumpir los embarazos de sus víctimas, las tres mujeres que mantuvo secuestradas durante diez años en Cleveland, Ohio.

«El condado va a presentar cargos contra cada acto de agresión sexual y de tentativa de asesinato y por cada acto de asesinado calificado que cometió al interrumpir embarazos», declaró el fiscal del condado de Cuyahoga, Timothy McGinty, añadiendo que su oficina iba a «buscar requerimientos castigados con la pena de muerte».

Esposado y con los ojos fijos en el suelo, Ariel Castro, de 52 años, compareció este jueves ante una corte de Ohio para enfrentarse a los cargos de violación y secuestro contra tres mujeres y una menor que mantuvo cautivas en su domicilio durante una década.

El ex conductor de autobús de origen puertorriqueño no se pronunció durante la audiencia mientras el tribunal dictó una fianza de ocho millones de dólares, dos millones por cada uno de los cuatro casos.

El fiscal del condado Brian Murphy señaló que «me gustaría decir que los cargos contra el Sr. Castro se basan en decisiones premeditadas para secuestrar a tres jóvenes mujeres de las calles de South Side de Cleveland».

«Dos de las víctimas sufrieron una horrenda experiencia durante más de una década, una tercera por casi una década, y la dura experiencia resultó en una niña pequeña que se cree nació durante el cautiverio de una de las mujeres», agregó el fiscal.

Las mujeres secuestradas son Amanda Berry, de 27 años, Gina DeJesus, de 23, y Michelle Knight, de 32. Asimismo, se acusa a Castro del secuestro de Jocelyn, la hija de seis años que tuvo con Berry durante su cautiverio.

«Y además, junto con el cautiverio, hubo repetidas golpizas. Fueron atadas e impedidas y abusadas sexualmente, básicamente sin ser nunca libres de dejar esta residencia», señaló el fiscal.

Castro se presentó ante la corte con la defensora de oficio Kathleen DeMetz. Tras la audiencia, la abogada dijo a los periodistas que Castro tenía riesgo de suicidio y que debía ser colocado bajo vigilancia especial cuando sea llevado a la cárcel del condado.

Según el periodista Scott Taylor, de la televisión local WOIO, se encontró una nota en la casa de Castro, que habría sido escrita en 2004, en la que éste se considera un depredador sexual, con ideas suicidas. «Soy un depredador sexual. Necesito ayuda», reza la nota, según Taylor.

En una aparente referencia a las víctimas, la nota continúa: «Ellas están aquí contra su voluntad porque cometieron el error de subir al automóvil de un completo extraño». «No sé por qué busco otra, ya tengo dos».