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Las secuestradas por diez años en EEUU vivían encadenadas

Los investigadores del secuestro de tres mujeres en Cleveland hallaron cadenas y cuerdas en la casa donde éstas permanecieron cautivas durante una década. El principal sospechoso del rapto, Ariel Castro, será acusado de secuestro y violación.

“Tenemos confirmación de que estuvieron atadas. Había cadenas y cuerdas en el hall” de la casa, dijo ayer Michael McGrath, jefe de Policía de esa ciudad de Ohio (norte de EEUU), a la cadena NBC. Las tres mujeres fueron liberadas la noche del lunes y tres hermanos de origen puertorriqueño fueron arrestados bajo la sospecha de haberlas tenido prisioneras.

Desde un lugar cercano a la escena del crimen, en un barrio obrero de Cleveland, McGrath dijo que las víctimas y los hermanos están siendo interrogados y probablemente éstos sean procesados durante la jornada.

El investigador señaló que hasta que se termine de interrogar a las tres mujeres, no será posible dar detalles de cómo fueron tratadas y no confirmó versiones de que las cautivas tuvieron múltiples embarazos. Salían de la casa “muy esporádicamente”, dijo el jefe de Policía. “Salían al jardín trasero una vez cada tanto creo”, agregó.

Amanda Berry, de 27 años, Gina DeJesus, de 23, y Michelle Knight, de 32, que habían desaparecido en incidentes separados en 2002, 2003 y 2004, fueron liberadas de una casa de dos pisos y cuatro habitaciones en Seymour Avenue, en el barrio West Side de Cleveland, y examinadas en un hospital antes de regresar con sus familias, que organizaron fiestas de bienvenida.

El ocupante de la casa, Ariel Castro, un hombre de 52 años, exchofer de autobús escolar de origen puertorriqueño, fue detenido junto a sus hermanos Pedro, de 54, y Onil, de 50. Como principal sospechoso, Ariel Castro fue acusado de secuestro y violación por el rapto de las tres jóvenes, además de la retención de la hija de seis años de Berry, quien nació en cautiverio, anunció ayer el fiscal Victor Perez.

Sin embargo, Pedro y Onil Perez no enfrentarán cargos, aseguro a su vez el jefe de Policía adjunto de la ciudad Ed Tomba. “No hay nada que nos lleve a creer que estuvieron involucrados o que tenían conocimiento de esto”, dijo.

Suceso. Tomba señaló que las mujeres secuestradas nunca abandonaron la propiedad del acusado hasta que fueron rescatadas la noche del lunes, y se estima que tan solo se les permitió dejar la casa en dos ocasiones en esos diez años, para ir al garaje de la vivienda aunque disfrazadas.

La reputación de Ariel Castro en el barrio donde vivía era buena. “Vivo acá desde hace un año. Hice asados (parrilladas) con este hombre. Comimos costillas con música salsa de fondo”, dijo a una televisora local Charles Ramsey, el vecino que ayudó a Amanda Berry a escapar. Ramsey también recuerda haber visto al secuestrador en su jardín jugando con perros, o reparando automóviles y motocicletas.

En 2005, la exesposa de Ariel Castro, Grimilda Figueroa, fallecida el año pasado, había alegado ante una corte familiar que su esposo “frecuentemente secuestra” a las dos hijas de la pareja “y las mantiene alejadas de su madre”.

Además denunció haber sufrido violencia que le dejó en diversas ocasiones la nariz o una costilla rota, el hombro dislocado o un coágulo de sangre en el cerebro, y pidió al juez en su momento que “inste (a Castro) a cesar en sus amenazas de muerte”.

Investigan nexo con otro caso

El FBI investiga si Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight, las tres jóvenes rescatadas el lunes, compartieron cautiverio con Ashley Summers, de quien se perdió el rastro en julio de 2007. EFE