La joven salvadoreña que pide un aborto por estar enferma de lupus aseguró que los médicos la someterán a cesárea en unos días, cuando llegue a las 26 semanas de embarazo, pese a que la justicia de su país le negó una petición de aborto terapéutico.
“Me siento muy bien. Los médicos me dijeron que la otra semana me van a hacer la cesárea”, afirmó Beatriz (un nombre falso utilizado para proteger la identidad de la joven de 22 años), a la AFP desde el Hospital Nacional de Maternidad en San Salvador, contactada vía telefónica.
La joven dijo sentirse “muy nerviosa”, pero que desea la cesárea por su salud y porque “no va a vivir el niño”. Análisis médicos efectuados determinaron que el feto que Beatriz lleva en su vientre padece anencefalia, una ausencia total o parcial del cerebro y que por tanto éste moriría al nacer. El Congreso estadounidense de obstetras y ginecólogos (Acog) explica en su sitio web que un bebé nacido a las 26 semanas es considerado “muy prematuro” y que tiene “un 76% de posibilidades de vida”.
Beatriz es madre de un niño de un año y había pedido que las autoridades de El Salvador, donde está prohibido el aborto, le permitieran practicarlo porque recientemente fue diagnosticada con lupus eritematoso discoide, una enfermedad que debilita el sistema inmunológico. Pero el miércoles, la Corte Suprema de Justicia rechazó esa solicitud para abortar, por considerar que su vida no corre peligro.
Sin embargo, un día después y en su primera resolución sobre un caso de aborto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó a El Salvador adoptar medidas urgentes para proteger la vida de la joven. Tras esta decisión, la ministra de Salud, María Isabel Rodríguez, dijo que “Beatriz” podría ser sometida a un “parto inducido”, pues ya no puede hablarse de “aborto” al haber superado las 20 semanas de embarazo.