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De la ‘guerra contra el terrorismo’ al control de las comunicaciones

La “guerra contra el terrorismo” ha llevado a EEUU a lanzar una operación de monitoreo a gran escala de las comunicaciones telefónicas de millones de ciudadanos dentro y fuera del país con el objetivo de adelantarse a posibles ataques de Al Qaeda.

El miedo a sufrir atentados en su territorio después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, junto con el poder de la tecnología digital, dio pie a crear este programa de espionaje sin precedentes y a pinchar líneas de teléfono.

La Agencia de Seguridad Nacional (NSA), un amplio servicio creado durante la Guerra Fría especializada en escuchas telefónicas, criptoanálisis y guerra cibernética, está gestionando la operación. Los datos recabados por el programa, de acuerdo con información revelada por el diario The Guardian, incluyen los números telefónicos de ambas partes de la comunicación, la localización y duración de la llamada, así como la hora e identificación.

Con su sofisticado software y sus matemáticos, la NSA usa algoritmos para encontrar las rutas en los millones de metadatas para poder rastrear nuevas rutas e intentar lograr los contactos o conspiraciones de presuntos ataques. Las autoridades estadounidenses defienden esta megaoperación por ser un método vital que permite destapar tramas y aseguran que la misma no se entromete en el contenido de las conversaciones de los ciudadanos.

Protección. El director de la NSA, James Clapper, señaló que la divulgación por parte de la prensa de los detalles de los mecanismos usados por las agencias estadounidenses ponen en grave riesgo la seguridad nacional. El informe de prensa “omite información clave sobre la forma como era utilizado el programa para prevenir ataques terroristas y las numerosas salvaguardas para proteger la privacidad y las libertades civiles”.

El gobernante Barack Obama hizo una firme defensa de los programas de monitoreo de llamadas de teléfono e internet, al afirmar que son legales y asegurar a los estadounidenses que “nadie escucha sus conversaciones telefónicas”. “La comisión de Inteligencia (en el Congreso) está plenamente informada del objeto de estos programas (…) que fueron autorizados por amplias mayorías de ambos partidos desde 2006”, dijo.

Por su parte, grupos de defensa de los derechos humanos denunciaron que el programa invade totalmente la privacidad de los ciudadanos y amenazaron con llevar el caso ante la justicia.

Aunque analistas de Inteligencia compararon el rastreo de datos con la recopilación de información que aparece en sobres, los detractores de esta operación consideran que el sistema creado por la NSA permite construir el perfil de un individuo altamente preciso.

Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad Católica de Louvain determinaron en un estudio reciente que podían identificar fácilmente a ciudadanos con unos pocos detalles de una larga lista de información telefónica.

Tras examinar durante 15 meses a 1,5 millones de usuarios de teléfonos móviles, los investigadores fueron capaces de identificar al 95% de estos basándose unicamente en cuatro variantes de la llamada. En otras palabras, se puede identificar a personas, incluso hábitos, juntando información supuestamente anónima, aseguran los expertos.

 La NSA, en colaboración con otras agencias gubernamentales, también rastreó en EEUU transferencias bancarias, compras con tarjetas de crédito y búsquedas en internet. Apple, Google, Microsoft, Facebook y Yahoo!, los mayores conglomerados de internet, negaron haber dado acceso a los servicios de Inteligencia de EEUU a sus servidores.

Por ley, la NSA está obligada a no espiar en EEUU, pero la lucha contra Al Qaeda ha llevado a la agencia a operar dentro del territorio. Activistas reclaman que el Gobierno debe controlar a su agencia y la actividad de ésta, y acusan al Presidente de fracasar en su promesa de proteger los derechos constitucionales.

“Es tiempo de que comience el debate nacional sobre nuestros derechos en la era digital. Es tiempo de poner fin al programa de monitoreo inconstitucional de la NSA”, aseguró la Fundación Frontera Electrónica, que tiene una demanda contra el Gobierno en los tribunales.

Aparte de la polémica de-   satada, no está claro si el programa ha permitido a la NSA de-sactivar ataques organizados por la red terrorista Al Qaeda, tal y como señalan las autoridades.

EEUU vigila y monitorea los mensajes de la región

EFE / Montevideo

La soberanía de los países de América Latina y el Caribe “está en riesgo” porque Estados Unidos  “controla y monitorea” la “casi totalidad” de sus comunicaciones a través de internet, afirmó el 15 de mayo el fundador de WikiLeaks, Julian Assange.

La infraestructura de internet dirige “gran parte del tráfico” desde y hacia América Latina a través de cables de fibra óptica que “físicamente atraviesan” Estados Unidos, destacó el informático.

El gobierno estadounidense “no ha mostrado escrúpulos” en “transgredir su propia ley” al interceptar estas líneas para “espiar hasta a sus propios ciudadanos. Aseveró también que en EEUU “no existen” leyes que “impidan espiar a ciudadanos extranjeros”.

Assange dijo que la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) “recibe y procesa” a diario 1,7 mil millones de comunicaciones y para ello tiene un presupuesto “mayor al del FBI y la CIA juntos”. Lo que está ocurriendo “con el uso de Google, Facebook y otros es la mayor amenaza a la privacidad, algo que hasta no hace mucho era de ciencia ficción”, aseguró el australiano.