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El estado de salud de Nelson Mandela sigue grave

El portavoz de la presidencia, Mac Maharaj, había anunciado el sábado por la mañana la hospitalización por una neumonía, en estado grave, del héroe de la lucha contra el apartheid.

/ 10 de junio de 2013 / 10:52


El estado de salud del ex presidente Nelson Mandela, de 94 años, sigue siendo grave desde que fue hospitalizado el sábado, anunciaron el lunes por la mañana las autoridades sudafricanas, después de 48 horas de un silencio que preocupó al país.

«El ex presidente Nelson Mandela sigue hospitalizado y su estado es estable. Madiba fue ingresado el 8 de junio de 2013 para ser atendido en un hospital de Pretoria por una infección pulmonar», indicó la presidencia en un breve comunicado, utilizando su nombre de clan, adoptado por la gran mayoría de los sudafricanos.

«El presidente Jacob Zuma reitera su llamado a Sudáfrica a orar por Madiba y su familia durante este período», añadió el gobierno, refiriéndose al héroe de la lucha contra el apartheid.

El portavoz de la presidencia, Mac Maharaj, había anunciado el sábado por la mañana la hospitalización por una neumonía, en estado grave, del héroe de la lucha contra el apartheid, que estaba nuevamente enfermo desde hacía algunos días. Se trata de su cuarta internación desde diciembre.

El nombre del establecimiento de Pretoria donde es atendido no fue divulgado, tal como sucedió con sus anteriores hospitalizaciones.

Sin embargo, decenas de periodistas acampaban ante un hospital especializado de la capital donde aparentemente fue ingresado. Dos hijas de Nelson Mandela y varios de sus nietos fueron vistos allí el domingo.

El lunes de mañana, la prensa debió limitarse a las especulaciones. El Star de Johannesburgo, sin citar fuente alguna, afirmaba que la familia había limitado las visitas a los familiares, prohibiendo sobre todo el acceso al hospital a los jerarcas del partido Congreso Nacional Africano (CNA, en el poder). Ningún miembro de la familia quiso confirmar esta información. El portavoz del CNA, Keith Khoza, dijo que no estaba al tanto.

«Vi a mi padre y está bien. Es un luchador», declaró al diario británico The Guardian la hija del ex presidente, Zindzi, la única integrante de la familia que rompió el silencio.

«Nosotros queremos crear un ambiente propicio para su restablecimiento», explicó Mac Maharaj. «Por lo tanto, los seres amados más cercanos van a verlo, eso es todo, nada más», dijo.

«El es atendido, y queremos que sea cuidado en las mejores condiciones para su familia», agregó.

Esta discreción se debe sin duda alguna a la falta de evolución importante en un sentido o en el otro, y el único boletín de salud publicado el sábado de mañana –estado «inquietante pero estable»– sigue vigente.

«Ha llegado la hora de dejarlo partir»

Si bien oficialmente es hora de plegarias y deseos de un rápido restablecimiento, en esta oportunidad hay voces que se expresan enérgicamente para decir que incluso los héroes tienen derecho a morir un día.

«Ha llegado la hora de dejarlo partir. (…) Su familia debe dejarlo ahora, para que Dios pueda hacerlo a su manera», declaró el domingo Andrew Mlangeni, un compañero de lucha de Mandela, resumiendo una opinión ampliamente exprimida en algunos programas de radio y las redes sociales.

Nelson Mandela parecía muy debilitado en las últimas imágenes difundidas a fines de abril, en ocasión de una visita a su domicilio de los principales dirigentes del CNA que provocó un escándalo.

Fue hospitalizado por última vez desde fines de marzo hasta principios de abril, durante diez días, también por una infección pulmonar recurrente, probablemente vinculada a una tuberculosis que contrajo durante los 27 años que estuvo encarcelado en la isla-prisión de Robben Island, picando piedras y respirando un polvo que dañó para siempre sus pulmones.

Aunque está totalmente retirado de la vida pública desde hace años, Mandela sigue siendo el símbolo de una Sudáfrica unida a pesar de sus persistentes divisiones raciales. Encarna el milagro de un país que pasó del régimen de la segregación racial a la democracia en 1994.

Esta exitosa transición condujo a que fuera galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1993, que compartió con el último presidente del apartheid , Frederik De Klerk.

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El apellido Mandela mancillado por querellas familiares

Nelson Mandela había controlado siempre estrictamente el uso comercial de su nombre, limitándolo a fines caritativos. Pero cuatro de sus nietos crearon la marca de ropa LWTF.

/ 11 de diciembre de 2013 / 17:18

Puede que Nelson Mandela sea unánimente descrito como un ser excepcional, pero no su familia, que ha aireado sus querellas en público, casi siempre por la comercialización del nombre del líder sudafricano.

Los sudafricanos vieron horrorizados como, a principios de julio, Mandla, el mayor de los nietos del héroe de la lucha contra el apartheid, ajustó cuentas con una parte de su familia en una conferencia de prensa surrealista transmitida en televisión.

Su abuelo, entonces hospitalizado, se debatía entre la vida y la muerte.

Aireando secretos de alcoba, llegó incluso a acusar a su hermano Mbuzo de haber dejado embarazada a su esposa.  

Mbuzo era parte de los quince miembros de la familia que acababan de denunciarlo -con éxito- para que permitiera el traslado de los restos de tres hijos de Mandela.   Los cuerpos fueron inicialmente enterrados en el pueblo de Qunu (sur), donde Mandela pasó los mejores años de su infancia y donde será enterrado el domingo con los suyos.   Pero Mandla los trasladó en 2011 a la villa natal de su padre Mvezo, a unos 30 km de ahí. Jefe tribal de esta localidad, pretendía construir un lugar turístico grandioso dedicado a la memoria de su abuelo.   Aunque la familia abandonó la idea de denunciarlo por violación de sepultura, sigue encausado por apuntar con su arma a un automovilista durante una discusión de tránsito.

Mandla, de 39 años, ya llenó portadas por sus escándalos conyugales y sus peleas con sus vecinos. Diputado desde 2009 bajo las siglas del Congreso Nacional Africano, el movimiento por el que luchó su abuelo, sus posiciones políticas son irrelevantes.   Otra Mandela en el parlamento, donde brilla por su ausencia, es la ex esposa del héroe nacional, Winnie Madikizela-Mandela, que también tuvo sus líos con la justicia por la violencia de sus guardaespaldas en los años 80 y por estafa en 2003.   El resto de la familia, que cuenta con tres hijas, diecisiete nietos, y doce bisnietos, estaba alejada de la política.   Pero después de la última aparición pública del patriarca, en 2010, algunos se tomaron libertades con sus consignas.

Vinos y camisetas

Nelson Mandela había controlado siempre estrictamente el uso comercial de su nombre, limitándolo a fines caritativos. Pero cuatro de sus nietos crearon la marca de ropa LWTF.   El acrónimo hace referencia al título de la biografía de Mandela «Long Walk to Freedom» («El largo camino a la libertad») y sus camisetas llevan su firma o su retrato.   Más recientemente, Makaziwe, la hija mayor, se ha lanzado al negocio del vino con la marca «Casa de Mandela», con su hija Tukwini.   En otro gesto alejado de la imagen del Nobel de la paz, dos de sus nietas participaron en un programa de televisión, titulado «Ser un Mandela», en el que recuerdan sus historias familiares de niñas de buena casa. Además, tienen una cuenta twitter poco edificante.

Finalmente, su hija Zenani fue nombrada embajadora en Argentina sin ninguna experiencia diplomática.   Menos anecdótico, Zenani y su hermanastra Makaziwe acudieron a la justicia para lograr que echasen a tres parientes de su padre de la dirección de un fondo de inversiones que gestiona la fortuna familiar.

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