Icono del sitio La Razón

Mandela está aún grave y bajo urgencia médica

El expresidente sudafricano Nelson Mandela continuaba anoche en estado grave y recibiendo cuidados intensivos en un hospital de Pretoria, mientras se multiplican las peticiones en el país para que los médicos lo dejen partir.

Mandela, de 94 años, “recibe cuidados intensivos”, indicó a la AFP el portavoz de la presidencia sudafricana, Mac Maharaj. El expresidente “sigue hospitalizado y su estado es estable”, anunció el funcionario varias horas antes. Maharaj anunció el sábado la hospitalización por una neumonía, en estado grave, del héroe de la lucha contra el apartheid.

“Vi a mi padre y está bien. Es un luchador”, declaró al diario The Guardian la hija del primer presidente negro de Sudáfrica, Zindzi, la única integrante de la familia que rompió el silencio. La presidenta de la Comisión de la Unión Africana, Nkosazana Dlamini-Zuma, dijo haber tenido noticias de que Mandela respondía “bien al tratamiento”.

Aunque se suceden las oraciones y los deseos de una pronta recuperación, esta vez el país parece resignado y a la espera de la mala noticia. De hecho, se multiplicaron las peticiones en los programas de radio y en las redes sociales para que los equipos médicos no insistan con Mandela, que el 18 de julio cumplirá 95 años y cuya salud es muy frágil desde hace tiempo.

Se trata de su cuarta internación desde diciembre. La última vez fue entre marzo y abril, por diez días, también por una infección pulmonar, probablemente vinculada a las secuelas de una tuberculosis que contrajo durante su encarcelamiento en la isla-prisión de Robben Island, donde pasó 18 de los 27 años de detención en las mazmorras del régimen del apartheid.

Aunque está totalmente retirado de la vida pública desde hace años, Mandela es aún el símbolo de una Sudáfrica unida a pesar de sus persistentes divisiones raciales. Encarna el milagro de un país que pasó del régimen de la segregación racial a la democracia en 1994. Esta exitosa transición condujo a que fuera galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1993, que compartió con el último presidente del apartheid , Frederik De Klerk.