La Policía desalojó de forma violenta la céntrica plaza de Taksim en Estambul y el adyacente parque Gezi con cargas y el empleo de abundante material antidisturbios, como cañones de agua y gases lacrimógenos, constató EFE.
Los antidisturbios lanzaron salvas de gas lacrimógenos y efectuaron varias cargas que hicieron huir a los acampados, que desmontaban las tiendas de campaña del parque, símbolo de las mayores revueltas antigubernamentales en el país en la última década.
Los uniformados se emplearon sin contemplaciones y utilizaron también pulverizadores a presión de gas pimienta de forma indiscriminada contra los acampados, entre ellos familias al completo y la prensa que cubría el desalojo.
Las tiendas de campaña, carpas y casetas que los “indignados” turcos habían creado en los 18 días en los que ocuparon el recinto, fueron desmontados. Numerosas ambulancias se dirigieron hacia la entrada del parque, en el que también se desplegaron varias tanquetas de agua a presión.
El desalojo se produjo horas después de que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtiera que la Policía desalojaría por la fuerza a quienes siguieran ocupando el parque Gezi. “Este Estado no es vuestro juguete”, anunció la autoridad gubernamental.